Local

Orlando, de Virginia Woolf

La obra literaria de Virginia Woolf sigue revolucionando al cuestionarse sus preceptos en Orlando.

Cuando hablamos de literatura, para cada persona trae un recuerdo y una percepción diferente que en lo que coincide es algo clave: un libro contiene cuestionamientos personales que nos lleva a la reflexión, por lo que considero que cada libro puede tener una interpretación para alguien, y ser totalmente distinta para otra.

La literatura es un lugar donde todos los discursos se entrelazan y crean el habla entre quien lee, el autor y la obra.

La escritora Virginia Woolf escribió en 1928 su sexta novela titulada Orlando, una biografía en donde se retrata la historia del protagonista que le da el título de la novela. En ella se habla de la vida de Orlando, un aristócrata inglés quien vive a través de épocas y que de un momento se encuentra con un cambio: ya no es hombre y tiene que transitar el mundo como mujer.

El detrás de escena

Virginia Woolf fue una escritora que rompió estándares para una sociedad inglesa rígida, con sus preceptos, normas y condiciones sociales que se desamoldaban a lo que creía en ser mujer y lo que la sociedad dicta para ser mujer.

Para Virginia Woolf no sólo significó un éxito que la ayudó en sus apuros económicos, sino que detrás de ella se encuentran partes inspiradas en su novia Vita Sackerville-West, son quien vivió hasta el final de su vida.

Virginia Woolf siempre cuestionó el papel de la mujer, desde “Una habitación propia” se preguntó qué significa escribir como mujer, y en especial lo que implica escribir desde el espacio privado.

Woolf transgredió el dictamen de que las mujeres no escriben y no publican, mayoritariamente escribiendo el rol de las mujeres en la sociedad a modo de respuesta hacia una sociedad que limita el desarrollo de las mujeres y las atañe a las labores domésticas, a la escritura privada.

Toma aún mayor relevancia cuando se conoce que, de cierta forma, fue una extensa carta de un amor prohibido por la época, donde Woolf no solo era novelista, sino rompedora de paradigmas.

Una biografía imaginada

Orlando es una historia que juega con el género de la biografía, de modo que para el lector, quien toma como verdadera la biografía, está en una línea difusa entre la realidad y la fantasía.

Sabemos que la autora tomó episodios de la vida de Vita, pero en Orlando se apropia de la narrativa y la regresa a modo de burla, ya que el biógrafo que narra se vuelve el revelador de la verdad, pero tendremos que tomar su palabra como verdadera, aunque llegue a omitir detalles.

Por otro lado, en Orlando siempre está en tela de juicio la pregunta ¿es necesario ser hombre para tener cabida ante la sociedad?, a modo de un cuestionamiento que está en constante diatriba con la existencia del género y lo andrógino, porque cuando sucede el cambio en el que Orlando deja de envejecer y se convierte en mujer, cae en cuenta del peso que implica verse y existirse como mujer.

Orlando también lleva una fuerza con la que batalla, el deseo de ser y hacer, que la sociedad le permite por su estatus de aristócrata y hombre, pero que cuando cambia tiene que luchar contra los deseos de volverse algo más, pero se encuentra constantemente impedida por leerse como mujer.

Es una manera de visibilizar las desigualdades y la opresión de la que ha sido objeto la mujer durante la historia, ya que cuando cambia se da cuenta de que sus anhelos terminan en el último lugar ante lo que se considera el deber.

Virginia Woolf al final nos trae una historia del cambio, de los paradigmas sociales y de la falta de posesión en el rol de las mujeres, además, está dialogando frecuentemente con la sensación de marginalización en un mundo que prioriza el deber al querer.

Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

Deja un comentario

Back to top button