En los últimos años, la industria de la moda ha estado plagada por el fast fashion, te decimos qué es.
La industria de la moda es cambiante, ya que las tendencias de lo que es actual, de las temporadas en donde ciertas prendas tienen mayor uso o de lo que es actual suele causar que constantemente se renueven.
Desde hace ya un par de años en la moda se introdujo un modelo de moda llamada ‘fast fashion’ o ‘moda rápida’, la cual con la ilusión de que es más asequible y de mayor acceso , aunque en la actualidad se ha convertido en un problema más que un beneficio.
La proliferación del fast fashion
Más que pensar en el consumidor, el fast fashion se trata de un modelo de negocios reciente que centra su producción en las prendas al por mayor en el menor tiempo posible, como forma de responder a las tendencias del presente.
En 1989 la Dra. Preeti Arya acuño el término en un artículo de The New York Times para describir por primera vez la apertura de la tienda Zara en Estados Unidos.
La moda rápida consiste en copias de diseños de otras marcas o creadores de moda, donde intenta “imitar” el estilo de las marcas de moda que tienen un costo muy elevado y trata de “acercarlas” al público, pero esto consiste en una producción rápida, con materiales de baja calidad y con diseños no originales.
Uno de los mayores productores de moda rápida, es la cadena Inditex, que incluye a marcas como Zara y H&M. Otras marcas como Fashion Nova, ASOS, o PrettyLittleThing, son también marcas de moda rápida.
Por otro lado, la rapidez con la que sacan los productos causa que decenas de diseños estén disponibles en tiempo récord, en fábricas en países donde las condiciones laborales son precarias y con mala paga.
La moda ultrarrápida
El modelo de consumo tomó un ritmo aún más acelerado, ya que una industria creciente ha creado un concepto llamado ‘ultra fast fashion‘ o ‘moda ultrarrápida’ que implican un mayor volumen de producción con mayor rapidez y presión.
Impulsado por marcas como Shein o Temu, sacan cientos de prendas que se desechan con igual rapidez. El propósito de este modelo es crear mayor consumismo y mayor oferta a costa de los trabajadores, que tienen que cumplir con plazos mucho más cortos.
Un problema para el planeta
Uno de los grandes problemas con los que se lidia en la moda rápida es la cantidad de deshechos que se tiran, pues las condiciones laborales, la sostenibilidad y el consumo responsable son de los objetivos que el fast fashion deja de lado.
En un primer punto, las condiciones laborales son de las peores para los trabajadores, pues se ha comprobado que inclusive llegan a jornadas laborales de 14 a 16 horas diarias, además de una paga injusta y la constante violación de los derechos humanos, además, parte de la plantilla de trabajadores son menores de edad que se encuentran sobreexplotados.
Por otro lado es el sobre consumismo, ya que al sobre producir más oferta que la demanda actual, los consumidores se ven bombardeados y terminan comprando prendas que no necesitan, lo que contribuye a mayores deshechos.
La contaminación que ha generado la fabricación de estas prendas, ha provocado contaminantes en el agua y en la tierra, como ha sucedido en Bangladesh, que es uno de los países más contaminados del mundo, o el desierto de Atacama, que se ha convertido en el mayor vertedero de ropa al aire libre.
Para combatir la huella del fast fashion y el ultra fast fashion, es garantizar condiciones dignas para los trabajadores, además del reciclaje y un consumo responsable de reutilizar la ropa y darle un nuevo uso para evitar más desperdicios.