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Mundo

Buque de guerra estadounidense llega a Trinidad y Tobago en medio de la tensión con Venezuela

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Un destructor lanzamisiles estadounidense, el USS Gravely, arribó este domingo a Trinidad y Tobago, donde permanecerá hasta el 30 de octubre para realizar ejercicios conjuntos con el ejército local, según informó el gobierno de ese país.

La presencia del buque, visible frente a Puerto España, ocurre mientras el presidente Donald Trump intensifica la presión sobre el mandatario venezolano Nicolás Maduro, en el contexto de su campaña militar contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico.

Washington ha desplegado desde agosto una flota de buques de guerra en la región y, desde septiembre, ha ejecutado ataques aéreos contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes, que han dejado al menos 43 muertos, según datos del propio gobierno estadounidense.

El Pentágono anunció además el envío del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, como parte de una ofensiva que Maduro calificó como un intento de “inventar una nueva guerra”.

Trump acusa al gobierno venezolano de liderar redes de tráfico de drogas, mientras Caracas sostiene que Washington utiliza ese argumento como pretexto para promover un cambio de régimen y controlar las reservas petroleras del país sudamericano.

Reacciones encontradas en Trinidad y Tobago

En Puerto España, la llegada del USS Gravely ha generado opiniones divididas. Algunos habitantes consideran que su presencia podría ayudar a combatir el narcotráfico regional, mientras otros temen que sea el preludio de una intervención militar.

“Dicen que quieren paz y envían buques de guerra, no tiene sentido”, dijo Randy Agard, un ciudadano estadounidense de 28 años de visita en la isla.

Otros, como Lisa, residente local de 52 años, expresaron apoyo a la operación: “Hay una buena razón para traer su buque aquí, es para ayudar con los problemas de drogas que vienen del territorio venezolano”, afirmó.

Sin embargo, el rastafari Daniel Holder, de 64 años, advirtió que “la gente no ve lo serio que es esto” y teme que Trinidad y Tobago “termine recibiendo golpes” en caso de un enfrentamiento.

La primera ministra Kamla Persad-Bissessar, aliada política de Trump, ha respaldado la operación militar y endurecido su discurso contra la inmigración venezolana, mientras Caracas acusa a su gobierno de servir a los intereses de Washington.

Temor y llamado a la paz

La población local expresa creciente preocupación por el impacto de la militarización en el Caribe. Dos ciudadanos trinitarios habrían muerto en bombardeos recientes, según reportes de familiares no confirmados por las autoridades.

No queremos guerra, queremos estar en paz”, dijo una mujer en el centro de Puerto España. “Si están trayendo buques de guerra, están insinuando que quieren guerra”.

Para Ali Ascanio, un venezolano que reside desde hace ocho años en la isla, la llegada del destructor es “una señal alarmante de guerra”.

“Sabemos que esto puede significar algo más grande. Espero que la presión lleve a Maduro a irse, pero sin violencia”, comentó.

Mientras tanto, el clima de tensión crece en la región, en medio de ejercicios militares, amenazas cruzadas y llamados internacionales a evitar una escalada.

Con información de AFP

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