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Cambio climático provoca olas de calor, confirma estudio

Las altas temperaturas y olas de calor registradas a finales de junio de 2023 han sido causadas por el cambio climático antropogénico, es decir, producido por el ser humano, según un estudio realizado por el grupo World Weather Attribution (WWA en inglés) difundido este martes.

El estudio, en el que trabajaron científicos del Centro del Clima de la Cruz Roja, el Imperial College de Londres o el Instituto Meteorológico de los Países Bajos, reporta que durante junio de 2023 las temperaturas fueron 2.5 °C más calurosas en el sur de Europa y 2 °C en América del Norte, mientras se rompieron récords en China.

El estudio puntualiza que el calor extremo afectó a más de 100 millones de personas solo en los Estados Unidos, donde decenas de las personas han sufrido muertes relacionadas con el calor a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y en todo Arizona.

Adicionalmente, añade el estudio, se han reportado 211 muertes en México, casi la mitad de las cuales ocurrieron en el estado de Nuevo León, junto con al menos cuatro personas en Italia, todo mientras realizaba trabajos de construcción, tres en China y uno en España, Chipre y Argelia, respectivamente.

“Varios miles de casos, además, se han informado casos de enfermedades relacionadas con el calor en América del Norte; Europa, especialmente en Italia, Grecia, Chipre, España y Macedonia del Norte; y en África del Norte, especialmente en Argelia y el este de China”, detalla el estudio.

Antes de la revolución industrial, las olas de calor norteamericanas y europeas eran prácticamente imposibles, según el análisis estadístico de los investigadores.

El análisis también aprecia un aumento de 1º C en China, que acaba de atravesar una de las olas de calor más graves. Su capital, Pekín, con más de 22 millones de habitantes, registró un nuevo récord mensual de calor en junio, alcanzando una máxima de 41,1 °C el día 22 de junio. Y en Sanbao, un remoto municipio noroccidental situado en la región de Xinjiang, el termómetro alcanzó los 52,2 °C el pasado 16 de julio. “En China era unas 50 veces más probable que ocurriera en comparación con el pasado”, arguyeron los científicos.

Además de afectar directamente a la salud humana, el calor ha provocado daños a gran escala.

Más allá de sus efectos sobre la salud humana, la ola de calor también ha provocado una demanda de energía récord aumentos en China, así como cortes de energía, principalmente en Estados Unidos y Europa. Los daños a los cultivos a gran escala y las pérdidas de ganado han informado en todas las regiones afectadas, incluso para el maíz y la soja en los Estados Unidos, café, maíz, frijol, avena y caña de azúcar, y la muerte de al menos 200 cabezas de ganado en México, caídas proyectadas en la cosecha de aceituna en España, Italia y Portugal, pérdidas de productividad en la producción de leche y daños en los cultivos de tomate en Italia, y reducciones en la cosecha de cereales y la producción de algodón en China.

Los científicos admitieron que los fenómenos meteorológicos, como El Niño, probablemente contribuyeron al calor adicional en algunas regiones, pero el aumento de los gases de efecto invernadero fue el factor principal.

Nuevo León y Querétaro

En Nuevo León, en el norte de México, uno de los estados más afectados en términos de mortalidad por calor hasta la fecha, más del 96% de la población reside en centros urbanos. La capital del estado, Monterrey, tiene una arquitecta especializada en planificación urbana, lo que la coloca en una buena posición para avanzar en la integración de diseño de enfriamiento pasivo, que ha mostrado resultados prometedores para reducir el calor interior en programas piloto en barrios de bajos ingresos.

“En Europa, gran parte del parque inmobiliario existente se construyó antes de los estándares térmicos modernos y da como resultado una mayor demanda de enfriamiento activo durante las olas de calor. Modernización y diseño de nueva infraestructura con refrigeración pasiva, por ejemplo, sombra solar pasiva, aislamiento, ventilación natural, orientación y forma del edificio, pueden ayudar a reducir la demanda y los costes energéticos”, enfatiza el estudio.

Las ciudades que cuentan con planificación urbana para el calor extremo tienden a ser más frescas y reducen el llamado efecto UHI, es decir, el “efecto de la isla de calor urbano”. Este efecto ocurre cuando hay presencia de superficies densas y oscuras de hormigón y asfalto, que almacenan el calor durante el día y lo liberan durante la noche.

“Los servicios ecosistémicos de las zonas verdes en más de 600 ciudades europeas muestran que los espacios basados ​​en vegetación enfrían los centros urbanos hasta 2,9 °C y 1,07 °C en promedio. En promedio entre las ciudades estudiadas, para reducir las temperaturas urbanas en 1, 2 o 3°C, una ciudad necesita un 16%, 32%, o 48% de cobertura arbórea”, puntualiza el estudio.

Sin embargo, el caso de la capital del estado de Querétaro es todo lo contrario. Esta entidad del Bajío mexicano padece el efecto UHI, es decir, el “efecto isla de calor urbano”. En casos como este, las temperaturas suelan bajar hasta 3 grados centígrados si se cuenta con superficies arbóreas.

“El efecto UHI en la ciudad de Querétaro, en el centro de México, podría disminuir en 2.05°C si la zona urbana se cubriera de árboles”, detalla el estudio.

El documento destaca que la única solución para disminuir las olas de calor es que los países reduzcan, de forma drástica, sus emisiones de por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas o el carbón.

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Norma Saldaña Valdés

Reportera con 20 años de experiencia en medios impresos, electrónicos y digitales. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Maestra en Periodismo y en Comunicación y Cultura Digital. Puma de corazón.

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