La alza de precios y la fuerte demanda por alimentos envasados hasta ahora ha representado un gran reto para marcas como Coca Cola, pues el aumento en el costo de las latas de aluminio, el azúcar, la transportación y mano de obra, ha hecho que una de sus estrategias sea centrarse en las botellas de vidrio, pues pese a ello la demanda de este refresco no ha bajado en el mundo.
En cuanto a la preparación para la caída del poder adquisitivo de los consumidores, se está reforzando la distribución de botellas de vidrio retornable, que son más baratas en mercados como África y América Latina, además del suroeste de Estados Unidos.
Lo que nos lleva a otra gran pregunta, ¿el empaque afecta al sabor?
Según estudios del laboratorio “Ciencia por Diseño” de la bioquímica Sara Risch, scientific hay una diferencia, pues el plástico con el que están hechas las botellas se transfiere al refresco y hace que su sabor sea más dulce.
Mientras que el aluminio de las latas, tiene un polímero que absorbe el sabor dulce de la bebida.
El tema con el vidrio genera una especie de “neutralidad” de sabores, es decir, es lo más cercano a la bebida tal cual sin alteración en la receta secreta.
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