El papa Francisco fue sepultado este sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, tras un funeral al que asistieron cientos de miles de personas.
Su entierro, el primero fuera del Vaticano desde 1903, cierra 12 años de un pontificado enfocado en los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
El féretro recorrió las calles de Roma en el papamóvil y pasó por sitios emblemáticos como el Coliseo.
La ceremonia contó con la presencia de aproximadamente 400,000 personas en las calles de la capital italiana y en la plaza de San Pedro del Vaticano.
La inhumación se realizó de manera privada, en presencia de familiares y colaboradores cercanos.
La tumba, de mármol procedente del norte de Italia, lleva únicamente la inscripción “Franciscus”. El público podrá visitarla a partir del domingo.
Francisco, el papa de los marginados
Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re destacó los esfuerzos del pontífice en favor de migrantes y refugiados, así como su defensa de los sectores más vulnerables.
“Fue un papa en medio de la gente, con el corazón abierto hacia todos”, afirmó Re.
Francisco también abogó de manera constante por la paz, en especial ante conflictos como la guerra entre Rusia y Ucrania. Su voz insistió en la necesidad de la negociación y la búsqueda de soluciones pacíficas.
En el marco de las exequias, Donald Trump y Volodimir Zelenski sostuvieron un breve encuentro en el Vaticano.
El presidente ucraniano calificó la reunión como “simbólica” y reafirmó su llamado a una tregua total.

Muestras de gratitud y despedida
Fieles de distintos países llegaron desde la madrugada para participar en el funeral.
Entre ellos, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien asistió acompañado de su familia en señal de gratitud por el apoyo que recibió del pontífice.
Durante los tres días de capilla ardiente, cerca de 250,000 personas acudieron a rendir homenaje.
A la ceremonia final asistieron varios jefes de Estado y representantes de gobiernos, incluidos los reyes de España, el presidente de Argentina Javier Milei y el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Francisco falleció el 21 de abril a los 88 años, a consecuencia de un ictus, casi un mes después de ser hospitalizado por una neumonía bilateral.
Vigilia en Argentina y despedidas en el mundo
En Buenos Aires, su ciudad natal, jóvenes organizaron vigilias frente a la catedral metropolitana. Con cantos y velas, expresaron su agradecimiento y recordaron su legado.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, llamó a la comunidad a transformar el dolor en esperanza. “El dolor nos une como pueblo”, expresó durante una misa celebrada en la plaza de Mayo.
Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013. Adoptó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís.
Un legado de sencillez y reforma
Francisco vivió en un apartamento modesto y optó por una vida austera. Invitaba a su mesa a personas sin hogar y promovió la cercanía con la comunidad.
Dentro de su ataúd fueron depositados su rosario, sus zapatos negros y el “Rogito”, documento que resume los momentos más relevantes de su vida.
Su legado incluye avances en la lucha contra la pederastia dentro de la Iglesia y la promoción de un mayor rol para mujeres y laicos, aunque enfrentó resistencia dentro de sectores conservadores.
Con su partida, se abre ahora el proceso para la elección de su sucesor, en un cónclave que deberá realizarse entre 15 y 20 días después de su fallecimiento.
Con información de AFP