En vista de la falta de cooperación internacional para lograr la inmunización contra el COVID-19 del 10% de la población de cada país para septiembre pasado, como propuso la ONU desde que se autorizaron las inmunizaciones, el organismo mundial en conjunto con su agencia sanitaria especializada presentaron este jueves la Estrategia Global de Vacunación, cuya meta es alcanzar al 40% de las poblaciones nacionales para fin de año y al 70% para junio del siguiente.
El Secretario General de las Naciones Unidas explicó que la Estrategia supone un camino coordinado y creíble para acabar con la pandemia de COVID-19 en todas partes y en beneficio de todos.
“Este plan de acción detallado, elaborado por la Organización Mundial de la Salud, está diseñado para que las vacunas lleguen a los brazos del 40% de las personas en todos los países para fines de este año y del 70% a mediados de 2022. Se basa en un análisis científico exhaustivo de la evolución de la pandemia, la efectividad de las vacunas, el costo de adquirirlas y entregarlas, y la oferta y la demanda global”, especificó António Guterres en una conferencia de prensa conjunta con el director general de la OMS.
Guterres aseguró que el intercambio de dosis, la transferencia de tecnología y otras acciones prioritarias pueden reducir las muertes, minimizar el sufrimiento, evitar el desbordamiento de los sistemas de salud, permitir la reanudación de las actividades sociales y económicas, y reducir el riesgo de nuevas variantes peligrosas.
“Depende de los Estados miembros hacer su parte, unirse y hacer todo lo que sea necesario para que esta estrategia tenga éxito”, dijo, recordando que la respuesta a sus llamados a una acción mundial orquestada para una distribución justa de las vacunas fue el acaparamiento y las políticas nacionalistas de vacunación.
El titular de la ONU lamentó que el liderazgo y el poder no estén alineados en la lucha contra el COVID-19.
“La OMS, todo el sistema de la ONU, ha mostrado liderazgo, pero no tenemos poder. No tenemos poder para obligar a las empresas a otorgar licencias o para hacer que los países dispensen los derechos de propiedad intelectual. No podemos obligar a los países a organizar sus programas de vacunación teniendo en cuenta los de otras naciones. Es decir, el poder está en los países que producen vacunas, o podrían producirlas, y en las empresas”, recalcó.
Argumentó que con la actual producción de vacunas de casi 1500 millones de dosis por mes, el mundo puede alcanzar la meta del 40% para fin de año si logra movilizar unos 8000 millones de dólares dedicados a garantizar que la distribución sea equitativa.
“Porque fundamentalmente, el éxito de este plan requiere una distribución equitativa. Sin un enfoque coordinado y equitativo, la reducción de casos en cualquier país no se mantendrá en el tiempo”, advirtió Guterres y urgió a todos los actores internacionales a poner su parte para concretar la Estrategia.
Por el bien de todos, debemos llevar urgentemente a todos los países a un alto nivel de cobertura de vacunación, reiteró.
“No tener una distribución equitativa de las vacunas no es sólo cuestión de ser inmoral, también es cuestión de ser estúpido”, aseveró el Secretario General.
En línea con las declaraciones de Guterres, el director general de la Organización Mundial de la Salud se refirió al rápido desarrollo y aprobación de las vacunas como una cúspide en la historia de la medicina, “pero ahora debemos usarla con eficiencia”, añadió.
“Sin embargo, hoy estamos al borde del fracaso, que ocurrirá si las vacunas no están disponibles de inmediato para todos los países”, alertó Tedros Adhanom Ghebreyesus.