La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos expresó su profunda preocupación por los tiroteos masivos que ocurrieron durante el fin de semana pasado en los Estados Unidos y pidió a las autoridades que abran una investigación.
El portavoz de Michelle Bachelet, Rupert Collvile, dijo que daban la bienvenida a la condena pública de los Estados Unidos al racismo, el odio, y la supremacía blanca.
“Las autoridades tienen la responsabilidad de asegurarse que sus acciones no contribuyen de ninguna manera a actitudes públicas o estereotipos negativos que incitan a la violencia. Este tipo de mensajes no solo estigmatizan y deshumanizan a las minorías, los migrantes, los refugiados, las mujeres, y la comunidad LGBT, pero también dejan a las personas y a las comunidades vulnerables a los ataques. Esto aplica para cualquier autoridad en cualquier lugar”, dijo.
Collville recordó que el anterior Alto Comisionado, Zeid Raad al Hussein había hecho una declaración pública pidiendo medidas de control de armas en 2016, que “lamentablemente se puede aplicar por completo” a la situación actual. Estados Unidos debe cumplir con la obligación de proteger a sus ciudadanos de esos terribles actos violentos que son el resultado directo de un control de armas insuficiente.