La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció que el continente americano alcanzó en la última semana dos hitos preocupantes: superar el medio millón de muertes y alcanzar casi quince millones de casos.
Durante su encuentro semanal con los medios de comunicación para analizar la situación de la enfermedad en América, Carissa Etienne indicó que, aunque se ha mejorado el control sobre la COVID-19 en alguno de los epicentros como Estados Unidos, las cifras recopiladas “enmascaran” otra realidad: que todavía hay áreas dentro de los países que reportan preocupantes incrementos diarios de casos del padecimiento.
Etienne añadió que durante las dos últimas semanas en América del Sur se han multiplicado por diez los casos de la enfermedad en zonas de Colombia a través de la frontera con Venezuela y que vio pautas similares en áreas de Argentina. Del mismo modo, se documentaron grandes incrementos de casos en islas del Caribe como Jamaica, Bahamas y República Dominicana.
“Los índices de mortalidad también suben en algunas zonas de México. Y vemos tendencias similares en áreas de Ecuador, Costa Rica y Bolivia, donde siguen aumentando las muertes por COVID-19″, afirmó.
La máxima responsable de la Organización indicó que estas cifras representan un claro recordatorio de que un gran número de personas en la región siguen siendo vulnerables a la infección, especialmente las grandes poblaciones que aún no fueron expuestas a sus efectos.
Poder votar sin perder la salud
Ante las próximas citas electorales en algunos países del continente como Bolivia, Brasil, Chile y Estados Unidos, Etienne señaló que las naciones se han de preparar para que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto sin sacrificar su derecho a la salud.
Para conseguirlo, indicó que es necesaria “una planificación cuidadosa que asegure que los protocolos respondan a la prevención de la propagación del virus”.
Así, mientras algunos países cambiaron las fechas de los comicios para evitar reuniones de personas durante los períodos de transmisión intensa, otros combinan los métodos tradicionales de sufragio con el voto por correo y las tecnologías digitales.
“Los gobiernos deben liderar los planes nacionales para garantizar la adopción de medidas de salud pública en la votación presencial y para que los ciudadanos sepan cómo mantener su seguridad y la de los demás frente a las urnas”, apuntó.