La emperatriz austríaca conocida como Sisi fue un personaje que desafió a la sociedad de la época, te contamos sobre ella.
Los personajes históricos destacados que podemos nombrar son muchos, en especial los personajes masculinos que han tenido representaciones sobre sus logros y peripecias que tuvieron que enfrentar durante su vida y su época, pero los personajes históricos femeninos a veces son representados de una sola forma y no se muestran todas sus aristas.
La emperatriz Elisabeth de Austria fue un personaje complejo, con una personalidad controvertida en una época donde la figura de las mujeres era relegado al matrimonio, la vida de casa, la procreación y el cuidado.
Su figura, tan imponente que causó revuelos en la corte, fue una de las mujeres que se encontraban adelantadas a su tiempo.
Su historia de vida
Elisabeth de Baviera no estaba destinada a convertirse en emperatriz. Nacida en 1837 en Múnich, Alemania, fue hija del duque Maximiliano de Baviera e hija del rey Maximiliano l de Baviera.
Sisi fue una de siete hermanos y fue educada fuera de la corte de Baviera y desde niña fue considerada rebelde y una mala estudiante, ya que le costaba aprender francés, inglés y no tenía las habilidades requeridas para las mujeres de la época.
Siendo libre y feliz, creció en contacto con la naturaleza y apreciaba el tiempo fuera más que las lecciones o los mandatos de la corte, por lo que le costó mucho adaptarse a la sociedad austríaca.
Sisi: la hija no elegida
Sisi era feliz con la vida que tenía, su hermana mayor llamada Helena era lo contrario a ella; elegante, discreta y disciplinada, cumplía las características para casarse con el futuro emperador.
En un principio su madre y su tía intentaron que el emperador Francisco José hiciera pareja con Helena, en la visita a último momento llevaron a Sisi y ahí conocería por primera vez al emperador, quien quedó prendado de ella y que deseó casarse son Sisi aunque no cumpliera el protocolo cortesano.
Cuando llegó a la corte ya como prometida del emperador, su primer encuentro fue el más duro pues se dio cuenta de que la vida que tenía no se acoplaba a su carácter, su vida en la corte era solitaria y constantemente era criticada por sus hábitos, además sus damas de compañía eran señoras con ideas conservadoras, lo que la hizo sentirse aún más extraña.
Sus dolores y manías, una vida difícil
Desde joven fue de carácter difícil y delicado, pues tenía problema en seguir reglamentos y en aprender sobre los mandatos sociales. Adoraba la equitación y la naturaleza, además de los animales.
Algo que la caracterizó es por su carácter triste específico, pues era conocida por tener hábitos diferentes: tenía una obsesión con su figura, ya que hacía ejercicio en exceso, además de que su alimentación era estricta, pues consistía en pescado hervido, fruta y jugo de carne exprimida.
Asimismo, paseaba por largas horas con sus damas de compañía y detestaba con ahínco el protocolo de la corte vienesa, pues prefirió participar lo menos en la corte y terminó desarrollando síntomas relacionados con la depresión.
En años posteriores el suicidio de su hijo Rodolfo en 1889 la afectó duramente, pues vistió de negro durante el resto de su vida y se retiró de la vida pública.
La muerte de Sisi
Después de la muerte de su hijo Sisi no volvió a ser la misma, pues emprendía viajes largos y se mantenía en contacto con su marido por correspondencia.
En 1898, la emperatriz pasó unos días en el lago Lemán. Al salir del hotel camino al Lago, fue apuñalada por el italiano Luigi Lucheni y murió a los 60 años.
El imperio austrohúngaro vivió su momento más próspero con el reinado de Francisco y Sisi, pero no sobrevivió a la crisis que vendría después y que desataría una Guerra Mundial.
