Ceci Flores, fundadora de las Madres Buscadoras de Sonora, denunció el fin de semana la existencia de un presunto crematorio clandestino entre las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac de la Ciudad de México, pero en respuesta recibió del presidente Andrés Manuel López Obrador la acusación de traficar con el dolor de madres con hijos desaparecidos.
Sin pregunta periodística de por medio, el mandatario acusó que esto es un acto de desesperación por “la ambición desmedida” al poder y al dinero, las cuales, indicó, son “grandes tentaciones” que pueden llevar a las personas a desquiciarse.
“Antier salió de que habían encontrado un crematorio, pero vinieron de Sonora y de Chihuahua, y pues personas que no nos quieren a nosotros, y que pertenecen al bloque conservador, que desde luego defienden causas que son muy justas, imagínense cómo no pensar en la desaparición de un ser querido. ¿Quién va estar en contra de eso? Pero a veces se trafica con el dolor humano”, dijo.
En concordancia, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, refirió esta mañana que el hallazgo del crematorio fue un montaje frustrado y que los restos encontrados en el lugar son de animales, no humanos.
La activista Ceci Flores tuvo también una respuesta puntual esta mañana a la acusación presidencial: “Le quedó grande la silla, que Dios lo perdone”.
En entrevista con el periodista Joaquín López-Dóriga, Flores comentó que a López Obrador se le nota la apatía para tratar a las madres que buscan a su desaparecido, a quienes ha quedado a deber en su sexenio.
Ceci Flores tiene dos hijos desaparecidos, no sabe de ellos desde 2015 y 2019, respectivamente. Ha buscado entablar diálogo con López Obrador para pedirle apoyo, pero su intento ha sido estéril.