Estados Unidos deportó este lunes a Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador de la violenta organización criminal Los Zetas. La información fue confirmada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Cárdenas Guillén, de 57 años, fue entregado a las autoridades mexicanas en el puerto de entrada de San Diego y trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano, ubicado a unos 80 kilómetros de Ciudad de México. “La entrega se realizó sin incidentes”, informó el ICE en un comunicado.
El narcotraficante fue liberado en agosto tras cumplir 17 años de su condena en Estados Unidos.
Sin embargo, de inmediato quedó bajo custodia de ICE por su estatus migratorio.
En 2007, Cárdenas Guillén fue extraditado a territorio estadounidense, donde en 2010 se declaró culpable de narcotráfico, lavado de dinero y extorsión.
El regreso del capo ocurre mientras la justicia mexicana mantiene abiertas causas en su contra por delincuencia organizada, narcotráfico y lavado de dinero.
Historia de violencia y poder
Osiel Cárdenas Guillén, apodado “El Mata Amigos”, construyó un imperio criminal que enviaba toneladas de cocaína y marihuana a Estados Unidos.
Como líder del Cártel del Golfo, utilizó la violencia extrema y la intimidación para consolidar su poder.
En 1999, agentes de la DEA y el FBI fueron interceptados en Matamoros, Tamaulipas, por hombres armados bajo las órdenes de Cárdenas Guillén.
El incidente obligó a Estados Unidos a reforzar su presión sobre el capo.
Para protegerse, reclutó a militares de élite mexicanos, quienes más tarde formaron Los Zetas, uno de los grupos criminales más violentos de México.
La organización diversificó sus actividades criminales, incluyendo el secuestro, extorsión y el robo de combustible.
La captura de Cárdenas Guillén en 2003 marcó el inicio de una violenta disputa entre Los Zetas y el Cártel del Golfo por el control de las rutas del narcotráfico en México.
Un cártel debilitado
El Cártel del Golfo, que en su momento fue una de las organizaciones más temibles de México, ha perdido fuerza en los últimos años.
La división interna y la captura de sus principales líderes han fragmentado al grupo en varias facciones.
La deportación de Osiel Cárdenas Guillén es un recordatorio del violento legado que dejó en México y de los esfuerzos binacionales para enfrentar el narcotráfico.
Con información de AFP