Un coche bomba estalló en el centro de Jerécuaro, Guanajuato este jueves. El estallido, que se registró en la calle Fray Ángel Juárez esquina con callejón de Ocampo, ocasionó graves daños a siete vehículos y nueve locales comerciales.
Una unidad de Seguridad Pública también fue consumida por el fuego. A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades informaron que no hubo víctimas fatales.
Este ataque es el segundo que sacude al estado en menos de 48 horas. Apenas un día antes, un coche bomba explotó frente al edificio de la Dirección General de Seguridad Pública en Acámbaro, dejando a tres policías heridos.
La explosión en Acámbaro causó también daños significativos a cuatro viviendas cercanas y siete vehículos, sumando otra tragedia a la ya convulsa situación de seguridad en Guanajuato.
Las primeras investigaciones sugieren que ambos ataques podrían estar vinculados al mismo grupo delictivo, aunque aún no se ha confirmado oficialmente.
La Agencia de Investigación Criminal se encuentra trabajando en coordinación con las fuerzas locales y federales para identificar y capturar a los responsables de estas explosiones que han dejado en vilo a la población.
La gobernadora de Guanajuato, Libia Denisse García, condenó los hechos y ordenó el despliegue de un operativo de seguridad a gran escala.
Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, apoyadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional, patrullan las zonas afectadas tanto por aire como por tierra, buscando restablecer la calma en las ciudades golpeadas por la violencia.
“Estos actos de terror no quedarán impunes”, aseguró la gobernadora tras el ataque en Jerécuaro.
Libia García también suspendió su agenda pública para encabezar una reunión de seguridad con altos funcionarios de la Fiscalía General de la República, la Fiscalía Estatal, Sedena, la Guardia Nacional y autoridades municipales de Jerécuaro y Acámbaro.
El ataque en Jerécuaro, aunque no dejó heridos, provocó una destrucción visible.
Comerciantes de la zona han expresado su preocupación por la creciente inseguridad. “No sabemos qué hacer, tenemos miedo de abrir nuestros negocios. No es la primera vez que sucede algo así, pero esta vez fue demasiado cerca”, comentó una comerciante afectada, mientras inspeccionaba los restos de su local.
El estallido en Acámbaro resultó en lesiones graves para una policía que sigue luchando por su vida en un hospital local.
La Secretaría de Seguridad Pública de Acámbaro confirmó que dos de sus compañeros también resultaron heridos, aunque sus lesiones fueron catalogadas como menores.
En un comunicado difundido en redes sociales, la dependencia subrayó que no hubo víctimas civiles, pero los daños materiales fueron considerables.
Con información de AFP y Contra Réplica
