El gobierno de Estados Unidos, empresas privadas trasnacionales, así como los empresarios más ricos de México están detrás del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) el cual realiza investigaciones cuyos resultados descalifican las políticas públicas y obras del gobierno de la Cuarta Transformación, reveló una investigación periodística del medio de comunicación digital Contralínea.
Entre los grupos empresariales que patrocinan al IMCO se encuentran el Consejo Mexicano de Negocios, integrado por trasnacionales como FEMSA, Alfa, Lala, Mabe, MVS, Grupo Pisa, Vitro, Televisa, Grupo Carso, Chedraui y Grupo México.
“Ese aparato ideológico del sector empresarial también recibe dinero del gobierno estadunidense –USAID, NED– y del ultracapitalista Atlas Network. Desde el comienzo del gobierno de López Obrador, dicha asociación civil ha descalificado las principales políticas públicas y obras de la 4T, lo que responde claramente a los intereses de su órgano de gobierno, integrado por los empresarios Claudio Xavier González Laporte, Valentín Diez Morodo, Alejandro Ramírez Magaña, Tomás Roberto González Sada y Luis Manuel Murillo Peñaloza; así como el salinista Jaime José Serra Puche, y el director editorial del diario Reforma, Juan Ernesto Pardinas Carpizo. Además, entre sus filas están María Amparo Casar –de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad–, José Luis Barraza González y Daniel Javier Servitje Montull (de Bimbo). Sus archivos contables revelan que entre 2019 y 2022, el Instituto Mexicano para la Competitividad manejó 180 millones de pesos para sus “investigaciones” de las políticas públicas”, revela la investigación de Contralínea.
El IMCO, continúa la revelación de Contralínea, se presenta como un think tank o tanque de pensamiento dedicado a investigar y analizar investigación en materia de políticas públicas; sin embargo, es un grupo de presión financiado por empresarios y el gobierno de Estados Unidos para promover el modelo capitalista neoliberal, lo cual ha hecho desde su creación en 2003.
Desde 2019, las investigaciones del IMCO se han centrado en descalificar las políticas públicas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Impacto en medios de comunicación
Tan sólo en 2022 reportó 19 mil 162 menciones en notas periodísticas, detalla Contralínea.
Origen de los recursos
El IMCO, añade Contralínea, cuenta con multimillonarios presupuestos que obtiene vía donativos deducibles de impuestos. Según sus informes contables, de 2019 a 2022, el IMCO tuvo ingresos por 180 millones 727 mil 203 pesos. Sus documentos internos revelan que más del 90 por ciento de sus ingresos anuales provienen de donativos.
“A pesar de los claros intereses que defiende, el IMCO –la corporación ideológica de la derecha ultracapitalista– se dice apartidista y afirma que “recibe recursos únicamente de organizaciones e individuos que garantizan su autonomía e independencia intelectual”. Pero entre sus financiadores están las organizaciones USAID y NED, ligadas al gobierno de Estados Unidos –a través de la CIA– y acusadas de golpistas por gobiernos progresistas de América Latina”, sostiene Contralínea.
Discusiones públicas contra la 4T
Entre las discusiones públicas en las que ha participado el IMCO destacan la campaña de desprestigio contra la Nueva Escuela Mexicana y los libros de texto gratuitos. En un comunicado, el IMCO mostró una visión de la educación claramente proempresarial al decir que “la implementación del nuevo plan de estudios pondrá en riesgo la formación del talento preparado porque no considera la educación como una herramienta para la formación del capital humano”, destaca Contralínea.
Otra de las descalificaciones recientes a la 4T tuvo que ver con el análisis sobre los resultados del Coneval y la ENIGH en materia del combate a la pobreza, en vez de reconocer el decremento en el número de pobres, el IMCO adujo que la falta de perspectiva de género en las políticas públicas había contribuido a la precarización de los ingresos de las mujeres.