En una travesía que abarcó casi la mitad del país, la historia de Benito, la jirafa, se ha convertido en un emotivo episodio merecería ser el guion de una serie de éxito.
La Jirafa Benito, es una especie perteneciente a las sabanas africanas, habia vivido cerca de 9 meses en un pequeño zoológico en Ciudad Juárez, donde experimentó extremos climáticos tanto en invierno como en verano, por tal motivo la campaña #SalvemosABenito, liderada por ecologistas, denunció su situación y abogó por su traslado hacia un hábitat más adecuado, tema que me dieron seguimiento por meses, hasta que lo lograron el pasado fin de semana; después de su larga travesía Benito, ahora experimenta un giro afortunado en su vida.
Desde el inicio de este largo viaje, el director del African Safari Frank Carlos Camacho,compartió cada paso a través de sus redes sociales, sumergiendo a la audiencia en la emocionante narrativa de Benito.
Desde su llegada al nuevo hogar en Africam, el director describió con entusiasmo cómo Benito exploraba, descubría y se adaptaba a su nuevo entorno.
El viernes pasado, la alegría se apoderó, esto debido a que los médicos veterinarios radiantes de emoción,anunciaban que Benito estaba en condiciones excelentes según los estudios médicos, permitiendo así que el sábado finalmente conociera a su nueva familia.
Previamente, Benito exploró su nuevo hogar, lleno de dromedarios, antílopes, avestruces, árboles y una variada fauna, preparándose para socializar con otras jirafas .
La reunión familiar se selló con un desayuno especial que incluyó un pastel especial de ramas frutas y vegetales, donde el rebaño se unió a la celebración, creando momentos inolvidables. Sin duda esta historia destaca el papel crucial de las redes sociales y la concientización ciudadana en el rescate de Benito de las temperaturas extremas.
Sin embargo, mientras celebramos este éxito, surge una nueva llamada a la acción, ahora la elefanta Ely, del zoológico de San Juan de Aragón, enfrenta un destino incierto precedido por un pasado circense, la ciudadanía, conmovida por su situación y etiquetándola como “la elefanta más triste del mundo”, comienza a movilizarse para su rescate.
Esta nueva historia destaca la importancia de la concientización y la acción colectiva en la protección de la fauna, motivando a la ciudadanía a unirse en la preservación de estos seres vulnerables.
