Un centenar de músicos mexicanos cruzaron la Puerta Santa del Vaticano con tambores, sombreros dorados y cascabeles en los tobillos.
Lo hicieron como parte del Jubileo de las Bandas y Espectáculos Populares, una celebración del Año Santo que reunió a más de 13,000 personas de 90 países.
Entre oraciones y notas musicales, Daniel —integrante de la Banda Panteras Rebolledo de Coapetec, Veracruz— se arrodilló y se santiguó varias veces al entrar a la Basílica de San Pedro. Llevaba un tocado azteca de plumas.
Para él, estar en Roma es más que un viaje: es un acto de fe y cultura.
“Estamos orgullosos de poder llevar nuestra cultura latinoamericana”, explicó antes de arrancar la peregrinación por la Vía de la Conciliazione, que se convirtió en un espectáculo de baile y música.
Entre sombreros, calaveras y trompetas
El desfile captó la atención de turistas, transeúntes y hasta vecinos que se asomaban desde los balcones. Los pañuelos al cuello, los sombreros brillando al sol y los tambores decorados con calaveras —símbolo del Día de Muertos— ofrecieron una postal única del sincretismo mexicano.
“La música es nuestro mundo, pero sobre todo es un regalo de Dios”, dijo Jesús, el director de la banda. Su grupo está formado por niñas y niños de entre 8 y 16 años. Para ellos, el viaje a Roma no solo es una presentación: es el cumplimiento de un sueño.
María, una de las profesoras, lo resumió así: “Para muchos, es un sueño hecho realidad”.

El lenguaje universal que traspasa fronteras
Pero México no fue el único país presente. Desde Italia llegó la banda de Collecorvino, Pescara, con 50 integrantes vestidos de verde. Ya habían tocado en Roma en 1975, también durante un Jubileo. “Es un regreso emotivo”, contó Ivo Padula.
Para Sandro, oboísta desde los ocho años, la música tiene un poder especial: “Es un lenguaje universal que supera barreras culturales y lingüísticas”. Gabriele, de 27 años y director debutante, expresó su esperanza en “un mundo mejor, hecho de paz”.
Misa, música y mensaje de unidad
Las bandas no solo tocaron: también rezaron. “Somos músicos, pero también muy religiosos”, afirmó Andrea Cacciatore, presidente de una de las agrupaciones italianas. “Queremos cruzar la Puerta Santa con un espíritu folclórico, pero sobre todo religioso”.
La celebración continúa este sábado con conciertos en 31 plazas del centro de Roma. Participarán más de 100 grupos. La clausura será el domingo a las 10:00 a.m. en Piazza Cavour, con una misa encabezada por el arzobispo Rino Fisichella.
Con sombreros, partituras y oraciones, las bandas demostraron que la música, como dijo el Papa en otras ocasiones, es un don que acerca a los pueblos.