Una famosa frase asegura que las grandes mentes piensan igual. Mas no siempre es así, lo vemos en las separaciones de algunos grupos. Para Cerati, Amor amarillo, de 1993, significó una válvula de escape.
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La primera placa como solista de Gustavo Cerati, se gestó –siendo esta la palabra más adecuada- durante una época de crisis en Soda Stereo y entre los álbumes, Dynamo (1992) y Sueño Stereo (1995). La separación no llegó en ese momento, si bien cada uno de ellos necesitaba tiempo personal. Su vida grupal se aproximaba al final.
Para Cerati, ese tiempo representó un cambio temporal a Chile junto con su pareja, Cecilia Amenábar. Ahí, se desintoxicó de las presiones a consecuencia de ser uno de los músicos más sobresalientes de habla hispana.
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La noticia del embarazo de Cecilia, dio nueva vida a las ideas del prolífico músico, mismas que vieron la luz a manera de Amor amarillo, su primer disco como solista y que se dio a conocer, el 1 de noviembre de 1993.
El material es una celebración a la vida y al amor, motivada por la llegada de Benito, primer hijo de Gustavo y Cecilia. El color amarillo refiere a la luz solar y a la energía del astro, generadora de vida y que permite el caos y dicha en su tercer planeta.
Amor amarillo contiene 11 temas y tiene una duración de 54 minutos. El material desprendió tres sencillos, “Te llevo para que me lleves”, “Pulsar” y “Lisa”.
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Todos los elementos característicos de Cerati se encuentran en este disco que se escucha fresco, con soltura y libertad; tal vez era la plenitud de la catarsis. La inconfundible voz y guitarras del argentino dan cohesión, mientras que sus letras se mantienen en el espectro de lo positivo.
Una de las más grandes cualidades de Gustavo Cerati, es la elegancia en su escritura, poética y enigmática; a veces muy literal y otras no tanto. Es lo que es cuando debe de ser. En Amor amarillo, podemos encontrar distintas maneras de expresión literaria que muy bien funcionarían sin música. Pero es mejor así, adornadas con su voz y con su música.
Las influencias no faltan el este disco, pues es evidente el uso de un gran track, creado por Alan Parsons, “Sirius”, perteneciente a su álbum, Eye in the Sky (y del cual ya hablamos en este espacio), de 1982. Parte de “Sirius” puede ser escuchado en “Pulsar”. Ambos nombres hacen referencia a elementos cósmicos, específicamente, estrellas.
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En “Rombos”, un fragmento del tema de Catherine Wheel, “Texture” (1992), también puede ser apreciado.
Otra composición, “Torteval” (coescrita con Zeta Bosio), es un tema instrumental que incluye sampleos de dos canciones, “You Got the Love” de Rufus con Chaka Khan (del álbum, Rags to Rufus, de 1974) y “Impeach the President”, de The Honey Drippers (single de 1973).
Como dato, “Impeach the President”, ha sido sampleado una enorme cantidad de veces, por gente como Public Enemy, LL Cool J (en dos ocasiones), De La Soul, Janet Jackson, 2 Pac, Prince (en “The Most Beautiful Girl in the World” y “Love Sign”), Alanis Morrissette, Stevie Wonder, Doja Cat y muchos otros.
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La influencia más evidente en Amor Amarillo, es en el cover de “Bajan”, de Luis Alberto Spinetta (con su banda, Pescado Rabioso) y que aparece en su álbum, Artaud, de 1973. La versión de Cerati es prácticamente igual (y, curiosamente, encaja a la perfección dentro de su estilo).
Cecilia Amenábar también participa en la producción, tanto en voz como en el video musical de “Te llevo para que me lleves”, donde se le ve en un estado avanzado de embarazo (según la pareja, de más de ocho meses). Amenábar también hace coros en “A Merced” y coescribe “Ahora o nunca”, además de hacer apariciones en los videos de “Lisa” y “Pulsar”.
Amor amarillo, cumple 30 años de su estreno.
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