Todo surge a partir de una leyenda urbana que no es tan leyenda pues se genera por la filmación de una película que se realizó en México. Es una historia de agentes secretos, intriga y la Estatua de la libertad en México.
En el cine, las tendencias crean modas, y las modas establecen géneros. Como alguna vez reinaron las películas de policías y detectives de gabardina, los vaqueros, las artes marciales realizadas por corpulentos hombres y hoy en día, los superhéroes.
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En la década de los 80 hubo un nuevo auge por los filmes de James Bond. El portador de la identidad era Roger Moore, quien entregó filmes recordados como Solo para tus ojos (For Your Eyes Only) y Octopussy. La fama de Moore rivalizaba con la del propio Sean Connery.
Otros personajes enigmáticos, agentes secretos, detectives con actitud (y mucha suerte), se encontraban aún en las páginas de los libros, cuyos relatos seriados eran potenciales fuentes de nuevas marcas en el cine. Algunos años después, llegaría una saludable franquicia cinematográfica con Jason Bourne. Y mucho antes de ello, existió Remo Williams.
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The Destroyer (El destructor), es una serie de novelas tipo pulp que tuvo su origen como una sola entrega. Sus creadores son los escritores Warren Murphy y Richard Sapir. Williams encontró su nicho y continuaron sus aventuras. La primera de ellas vio la luz en 1971 y continuaron frecuentemente aún después de que sus autores dejaron de escribirlas.
En 1985, el 11 de octubre, se dio a conocer una versión fílmica de dicho personaje buscando capitalizar la fama de James Bond. Sin embargo, la chispa no se dio.
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Remo Williams: The Adventure Begins (La aventura inicia) indicaba en su título las ganas por seguir adelante.
Parte de la producción del filme se llevó a cabo en México, donde se recreó la parte superior de la Estatua de la Libertad, misma que fue incrustada en el suelo de la zona de Iztapalapa. La curiosidad y el folclor no tardaron en surgir; los lugareños buscaban tomarse una foto en la creación original de Gustave Eiffel, creador de la torre francesa que lleva su nombre (sí, le gustaban los adornos de gran tamaño).
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Reminiscente de El planeta de los simios –y en la que dicho monumento tiene un papel importante-, la estatua neoclásica de la otrora diosa Libertad, con antorcha en la diestra y su tablilla (con la fecha de la fundación de Estados Unidos) en la siniestra, fue objeto de un sinfín de fotografías con aquellos que llegaban a su lugar. Si la Libertad no viene hacia ti, tú ve hacia la Libertad.
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La réplica se convirtió en leyenda urbana y fue de suma ayuda para la producción de Remo. Pese a la lejanía de la locación, en ocasiones es más práctico realizar esos largos viajes pues se traduce en menos pagos de impuestos, mano de obra más barata y mayor facilidad para la contratación de extras, carpinteros u otros.
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Las escenas con el torso de la estatua, donde se lleva a cabo parte de la cinta, fueron complementadas con tomas de la parte inferior, levantadas en la ubicación real. Tiros abiertos eran imposibles debido a que la Estatua se encontraba en una larga remodelación en la antesala del bicentenario de la fundación de aquel país.
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Remo Williams no ha tenido la suerte de otra oportunidad en el cine pese a que han existido varios proyectos, aunque sus historias en papel han sido más de 150. En algún momento se produjo un infructuoso programa piloto para tv. Remo Williams llegó al comic por medio de dos series publicadas por Marvel. La primera consta de 9 números en blanco y negro, de 1989, y la segunda, a color, es de 4 y data de 1991. La última fue escrita por su cocreador, Warren Murphy.
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Tal vez algún día volvamos a ver a Remo Williams y a su inseparable Chiun en cine; entonces, uno que otro mexicano recordará cuando la Estatua de la Libertad se posó en Iztapalapa.
