Beetlejuice Beetlejuice es la secuela que queríamos y no lo sabíamos. La primera es uno de los grandes filmes de Tim Burton y el que lo hizo notar mundialmente.
No solo como director, también como visionario.
Érase una vez…
Para ese tiempo, 1988, el cineasta ya tenía un filme con buenas críticas y su nombre comenzaba a sonar en el medio y fuera de este. Pee-wee’s Big Adventure, de 1985, llamó la atención por su ingenio y por su visión singular.
Fue tres años más tarde, que Beetlejuice le trajo su primer éxito global. También hizo de Michael Keaton y de Winona Ryder, estrellas en ascenso.
Durante muchos años, existieron rumores acerca de una segunda parte, mas nada se materializó. Y la sorpresa del anuncio de la secuela se debió a que hubo varias reuniones en secreto. Tan privados eran sus encuentros que ni siquiera sus respectivos representantes estaban enterados.
Había un interés en el equipo original por contar una historia más acerca del bioexorcista favorito de todos. Y, finalmente, el día del estreno llegó.
¿De qué va?
Antes que nada, NO revelaré información que pueda ser considerada como spoiler, para evitar echar a perder las muchas sorpresas del filme.
Lo que sí te puedo decir es que, Beetlejuice Beetlejuice, luce a Tim Burton en su mejor forma. Y tal vez podría asegurar que esta secuela se une a la lista de aquellas que superan a su antecesora en varios aspectos. Esto es natural y para nada demerita la primera parte. Al contrario, demuestra la evolución de la producción, del director y de sus actores.
La película se toma los primeros minutos para colocar sus piezas, mostrarnos qué ha sido de personajes como Lydia Deetz (Ryder), su madrastra, Delia (Catherine O’Hara) y, por supuesto, Betelgeuse (Keaton). Es ese aspecto estructural es parecida a la primera parte, ya que Betelgeuse no aparece sino hasta ya avanzada la película.
Las adiciones al reparto en la secuela, son más que bienvenidas y todas tienen algo bueno que aportar. Es sabido que Jenna Ortega interpreta a Astrid, la hija de Lydia, y que los eventos transcurren en tiempo real, 36 años después del filme original.
También vemos con agrado a Willem Dafoe (como el detective… ¿o actor?, Ghost Jackson), Monica Bellucci (Delores), Danny DeVito (el conserje), Justin Theroux (Rory, novio de Lydia) y a Burn Gorman (padre Damien).
¡Ah! ¡Y a Bob! No olvidemos a Bob, en lo que puede ser el papel de su carrera.
36 años después…
En sí, es un deleite ver a cada uno de los actores y, sobre todo, a Keaton y Rider reinterpretando a sus entrañables personajes.
Ahora, no es tan fácil regresar a Winter River. Ni para los involucrados ni para los espectadores. Mucho ha sucedido en el transcurso y algunos cambios pueden resultar no naturales; sin embargo, ese es uno de sus objetivos, recordarnos cómo la vida nos lleva por caminos no planeados.
Puede parecer que el filme tiene muchos hilos argumentales y que llegará a enmarañarse, mas no es así, todo se resuelve ingeniosamente y con mucho humor, ese humor negro tan Burton.
Claro, lo gore, el exceso de sangre y una ligera picardía, no faltan. Por ello, tal vez es mejor no llevar niños pequeños.
Tim Burton domina su arte, es un cineasta con más de 40 años de experiencia y nos da una clase de cómo hacer una película. Domina su técnica y su narrativa, además de implementar diversas técnicas. No falta el apoyo con el CGI (imágenes generadas por computadora), pero el director no olvida su origen ni su estética. Por ello, no debe resultarnos extraño ver efectos especiales realizados en el set, utilización de maquetas, de animatronics o del stop-motion, con sus formidables gusanos de arena y algún flashback.
Música e historia.
La música es un agregado tan grande que podemos perdernos por completa en ella. No solamente regresa Danny Elfman para hacer la banda sonora, también podemos escuchar otros grandes temas comerciales.
En esta ocasión, Burton recurre a varias canciones, tales como “McArthur Park”, tanto en la versión de Richard Harris (a quien conocemos también como actor) como en la de Donna Summer; “Tragedy”, de los Bee Gees; “Right Here Waiting”, de Richard Marx; la emotiva “Svefn-g-englar” de Sigur Rós y hasta una emocionante versión de “Day-O (The Banana Boat Song)”, de Harry Belafonte, utilizada en el filme de 1988.
Todo tipo de referencias ingeniosas nos esperan en esta cinta, ya sea esperadas como inesperadas, como la que se hace a la serie de televisión Hawaii 5-0 y su famosa frase usualmente emitida por el comandante Steve McGarrett, “arréstalos, Danno” (“Book ‘em, Danno”).
El guion de Alfred Gough y Miles Millar, es gracioso y respetuoso del estilo. A esta pareja la recordamos por ser responsables de la serie Smallville (también para Warner Bros.) y, más recientemente, Wednesday, la serie con Jenna Ortega y la dirección en la mitad de sus capítulos, de Burton. Fue durante la producción de esta serie que se gestó el desarrollo de la segunda parte de Beetlejuice.
Para cerrar, Wednesday está disponible en Netflix y Beetlejuice, de 1988, en Max.
Beetlejuice Beetlejuice, estrenó el 5 de septiembre en varios países, exactamente, el día del cumpleaños de Michael Keaton, quien llega a los 73 años.
Probablemente, Beetlejuice Beetlejuice sea una de las grandes películas de Burton y, pese a que él dice que no cree que haya más, el título nos deja pensando, ¿será posible que esté en el futuro, Beetlejuice Beetlejuice… Beetlejuice?
En unos días revisaremos otro filme del director californiano, Ed Wood, con Johnny Depp. Mientras tanto, te ofrezco otras notas con sus producciones.
El gran pez:
Frankeweenie:
Batman, de 1989:
Y Batman regresa:
Léon, el profesional, de 1994.
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