Existen dos maneras de ver las cosas, de percibirlas, de sentirlas. Bueno, en realidad, existen varias formas de hacerlo, pero podríamos resumirlas en dos tipos. Lo racional y lo emocional. En ocasiones, es bueno recordarlo. Eso nos propone Ciudad de Ángeles, de 1998.
City of Angels fue traducida al español como “Un ángel enamorado”, aunque ese título nos vende demasiado. La nomenclatura original nos da más libertad interpretativa.
Cierto es que se trata de una historia de amor, más el filme nos plantea otras cosas importantes como el apreciar las cosas cotidianas y los más mínimos detalles; la vida es corta.
Algo tan sencillo como el olor o el sabor, percibidos por sentidos que no podemos apagar a voluntad, se convierten en algo que simplemente damos por hecho, que pasamos por alto y que son partes sensoriales del cuerpo humano que, francamente, ignoramos.
El filme dirigido por Brad Siberling, es un remake muy libre del clásico de 1987, del genio Wim Wenders, Wings of Desire (Alas del deseo o, por su título original en alemán, Der Himmel über Berlin, El cielo sobre Berlín). La propuesta estadounidense nos ofrece las actuaciones estelares de Nicolas Cage y Meg Ryan.
Si, al ver la cinta, te parece que estás a la mitad de un video musical, no estás tan alejado de la realidad. La estética noventera, el uso de las paletas de colores y los filtros de luz, nos invitan a estimular a otro de nuestros sentidos, la vista.
¿A qué sabe una pera? ¿Cómo describes el dolor de una cortadura? Si nos hacemos este tipo de preguntas sencillas tal vez nos cueste un poco dar una respuesta concreta y certera. De la misma forma, nos podemos hacer muchos cuestionamientos similares.
Cierto, City of Angels también tiene una historia de amor como columna vertebral; o tal vez sería mejor decir, como el corazón de la historia. Es, en esencia, un cuento que nos hace planteamientos diversos y sí, que nos invita a apreciar el amor y a preguntamos qué tanto le damos lugar en nuestras vidas.
El tiempo que pasamos con los nuestros es finito, eso es inevitable, lo que importa es cómo pasamos ese tiempo. Habrá que preguntarnos si, al final, nos quedaremos satisfechos con la manera en que lo hemos demostrado o si nos reprocharemos el no haberlo hecho. Por fortuna, tú que estás leyendo estas líneas, aún estás a tiempo de hacerlo.
Otro de los puntos de Ciudad de Ángeles (que se desarrolla, adecuadamente, en Los Angeles) es que, para disfrutar algo o a alguien, no hacen falta cosas suntuosas, basta con disfrutar en ese mismo momento. A veces, para unos y para otros, es bastante tan solo con ser y estar.
La banda sonora del filme es otro de los puntos fuertes y que da en el blanco de las emociones del espectador. Muchos recordarán el éxito musical, “Iris”, canción de los Goo Goo Dolls y que fue representativa del filme.
Otros temas musicales conocidos se pueden apreciar, en parte gracias al exquisito gusto musical de la doctora Maggie Rice (Ryan). Hay algo de U2 (que también participan en la secuela de Wenders, Faraway, So Close!, de 1993), algo más de Jimi Hendrix, Peter Gabriel, Eric Clapton, Alanis Morissette, Sarah McLachlan y del maestro John Lee Hooker, entre otros.
Ciudad de Ángeles, se estrenó el 10 de abril de 1998 por lo que, en 2023, cumple 25 años.
En la siguiente liga, encuentras información acerca de otra película famosa de Meg Ryan, When Harry Met Sally (Cuando Harry conoció a Sally):
