Una de las grandes obras de la literatura y del cine, es fruto de la mente de Mary Shelley con Frankenstein. Una gran adaptación al cine, en 1994.
May Shelley.
La creadora del género de la ciencia ficción no pudo haber imaginado el impacto que tendría su novela, cuando fue publicada en 1818.
Shelley comenzó a escribir el libro cuando tenía 18 años, lo publicó de manera anónima en 1820, en Londres, Inglaterra, y su nombre apareció en la segunda edición que se publicó en Paris, en 1821.
Desde que el cine se convirtió en una forma de expresión popular, el monstruo creado por Victor Frankenstein, ha sido motivo de diversas propuestas, desde las más terroríficas hasta las más cómicas. Y solo basta recordar El joven Frankenstein (Young Frankenstein), de Mel Brooks, con Gene Wilder, de 1974 (de la cual, hablaremos pronto).
Hoy nos centramos en otra adaptación, la que tuvo su estreno en los cines de Estados Unidos, el 4 de noviembre de 1994, un poco después de sus fiestas de Halloween.
El filme fue sumamente criticado y, en ocasiones etiquetado como la peor versión de cine del libro de Shelley. Sin embargo, el tiempo le ha otorgado la oportunidad de la redención.
Y no es para menos, ya que es una buena producción con muchos elementos de valor, desde la dirección de Kenneth Branagh, hasta la sensacional música de Patrick Doyle.
Víctimas no evidentes.
El actor y director inglés no hace una película de terror en su totalidad, sino la de una tragedia. Todos los sucesos plasmados en el filme llaman al inevitable caos y al enfrentar las consecuencias de las decisiones y de las acciones. Las víctimas no son las que podrían parecer más evidentes.
Los inevitables cambios con respecto a la novela son obvios, sobre todos para aquellos adentrados en el trabajo de Mary Shelley. Al fin y al cabo, se trata de una adaptación obligada, debido a los requerimientos de tiempo y de narración.
Branagh se apoya, como es su formación, en los temas y lenguajes cercanos a Shakespeare (que gustaba de la ironía y de la tragedia). El director no narra de manera epistolar, como sucede en el libro, lo hace a través de la tercera persona.
Victor Frankenstein es un médico obsesionado con el misterio de la muerte que consigue reanimar un cuerpo por medio de un experimento que involucra la electricidad. Ensamblando un nuevo cuerpo por medio de pedazos de distintos cadáveres, da lugar a un poderoso engendro sin consciencia ni entendimiento pleno.
La creatura, que no tiene nombre, es en realidad la víctima de la historia, pues es un ser reanimado que no desea vivir y que, aparentemente, tampoco puede morir de manera ordinaria.
Frankenstein, espléndida obra.
Branagh, además de dirigir, actúa como el propio Victor Frankenstein y se apoya de un excelente elenco: Robert De Niro (la creatura), Tom Hulce (Henry Clerval, el mejor amigo), Helena Bonham Carter (Elizabeth, la prometida), Ian Holm (Baron Alphonse, el padre) y John Cleese (el maestro de Victor, Waldman).
La banda sonora de Doyle narra a través de notas musicales la belleza del amor y el dolor de verlo todo perdido. Va de lo romántico y elegante de un vals, a lo épico y a lo desolador, muchas veces manteniendo los mismos temas con el recurso conocido como leitmotif.
Si buscas una película de terror para estas fechas, Mary Shelley’s Frankenstein, una presentación de Francis Ford Coppola, es una gran opción y la recordamos a 30 años de su estreno.
Te ofrezco otro clásico del cine, Frankenstein conoce al Hombre Lobo, de 1943:
Y una versión moderna -y de humor negro-, Frankenweenie, de Tim Burton:
Una historia muy famosa, Asesinato en el Orient Express.
El castillo vagabundo o El castillo itinerante de Howl.
Interview with the Vampire es, tal cual, una entrevista.
Interestelar, una historia de ciencia… y de fantasmas.