Perfect Days de Wim Wenders y el Japón moderno

El director Wim Wenders regresó con su cinta Perfect Days donde retrata la tranquilidad en la caótica ciudad de Japón.

El cine es un vasto espacio donde los diferentes géneros tienen cabida, sea la acción, el drama, las películas animadas o los live action son algunos de los géneros donde más películas se producen en la actualidad.

Durante la temporada de premio, surgen películas diferentes a los temas prototípicos en el cine comercial, algo que ha permitido a los directores explorar nuevas temáticas y en especial, explorar nuevas vertientes derivadas de la vida humana.

Películas o directores que abordan la humanidad y la cotidianeidad o las intrincaciones de la vida humana, se explora en películas recientes como en Tótem o Vidas Pasadas, así como directores como Terrence Malik utilizan recursos de cámara y fotografía para denotar la contemplación de la vida y la absurdidad de las situaciones.

El director Wim Wenders, de origen alemán, trajo la cinta Perfect Days con Yakusho Koji como actor protagonista en esa historia sobre japón, baños públicos y la vida cotidiana.

Perfect Days

La premisa de Perfect Days es simple, Hirayama es un señor que dedica sus días a trabajar como aseador de baños públicos en Tokio, donde después de su trabajo disfruta de los días simples, de ir a los baños a asearse, de comer en el mismo sitio, de escuchar música en casetes, de leer antes de dormir y de tener una rutina.

En Perfect Days vemos diferentes aspectos que necesitan ser desglosados. En primer punto, la esencia del director de buscador de verdades, revelador de estados y momentos de la existencia se encuentra palpable y consistente durante toda la película, pues busca que el espectador encuentre respuestas en la simpleza de las cosas, en los detalles de la vida y en la contemplación de la misma por lo que su fin no es ser extraordinario o denotarse en algo, sino de encontrar la felicidad en los momentos más rutinarios de la vida.

Por otro lado, algo que el director muestra es que los “días perfectos” son aquellos donde la simpleza está presente, así como de que todos tenemos días más fáciles que otros, aspecto que se ve hacia el final de la película donde se enfrenta a situaciones y personas que son parte de su vida pero que desea no engancharse en ellas de otra manera que no sea desde la calma.

Otro aspecto es la reminiscencia de filosofías asiáticas, en específico la japonesa que va hacia esa misma línea de encontrar armonía en el cuerpo, la mente y el ambiente, elementos con los que está en constante contacto el protagonista. Aunado a ello, también existe una sensación de atemporalidad en el mundo que constantemente está cambiando y que está tan interconectado.

Esto lo vemos en muchos sentidos durante la película, desde el carro que maneja, así como la falta de tecnología en su vida, como es el uso de casetes con música rock como Patti Smith, The Kinks, Van Morrison o Lou Reed; el uso de libros físicos y su teléfono con tapa enmarcan una atemporalidad donde él habita su propio mundo, algo que inclusive es mencionado en la película cuando su sobrina le menciona que este mundo está compuesto por otros pequeños mundos y que él vive en otro mundo.

Relacionado a ello, se muestra como una contraposición ante el Japón modero y a la vanguardia, ante un Tokio acelerado, densamente poblado y cambiante, se abre una brecha que parece disrumpir ese caos como un oasis de impasividad ante el tiempo.

Perfect Days así es una oda a la belleza oculta en el mundo, a aquella que se ha ido escondiendo ante el monstruo que es la vida actual, tan conectada con la tecnología y la rapidez, un retrato de un hombre que vive con plenitud el presente y que conecta con las nuevas generaciones.

Wim Wenders y Japón

La historia de Wim Wenders y su retrato de Japón no es nuevo en Perfect Days, pues es algo que ya venía haciendo en otros de sus trabajos previos, como el documental Tokyo-ga de 1985, o el largometraje Hasta el fin del mundo de 1991, el cual tuvo producción en Japón, por lo que el director se siente profundamente conectado en Japón.

Su inspiración para Perfect Days vino gracias al proyecto The Tokyo Toilet, el cual se trató de un proyecto donde se renovarían 17 baños públicos para transformar estos servicios públicos y cambiar la imagen negativa que se les ha dado.

Por otra parte, el título de la película viene de la canción “Perfect Day” de Lou Reed, la cual suena también en la película. En la canción se describe un fin de semana cualquiera que se pasa con los seres queridos y lo convierten en un día ideal. De esta manera, se representa a los días perfectos que se repiten para el protagonista, donde en lugar de verlos con conformismo, son días que cuadran en el entendimiento del director y que lo vemos en el protagonista.}

Algo que vemos al final de la película, con “I’m feeling good” de Nina Simone, es el plano del protagonista manejando una tarde escuchando la música, mientras intentamos entender la expresión de su rostro ¿es felicidad o aceptación por los días perfectos o imperfectos?.

Perfect Days (2023) - Tráiler Subtitulado en Español
Salir de la versión móvil