En 1996, la editorial de comics más grande de Estados Unidos estaba en problemas financieros y necesitaban hacer algo al respecto de manera urgente. Fue cuando implementaron una idea… el renacer de los héroes de Marvel.
A mediados de los ‘90s, la industria del comic estadounidense se encontraba en crisis. La economía no era el esperado y los lectores abandonaban el pasatiempo de manera preocupante.

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Marvel tuvo una serie de desaciertos: contrató gente para manejar las finanzas, expertos en deportes y televisión, pero que no conocían la industria, un tanto distinta de todas las demás y, como era de esperarse, no tuvieron resultados acertados.
Por otro lado, las publicaciones de Marvel perdían calidad. Contrataron escritores y artistas sin mucha experiencia y cuyo producto final no era del todo bueno. Quedaban pocas estrellas en la editorial. El éxodo de profesionales a Image y otras nacientes compañías, hacían mella en su nómina. Aunado a esto, varios de sus creativos de renombre fueron relegados.

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Una extraña decisión tomada por Marvel fue la de comprar varias pequeñas compañías que lejos de abonar, generaron pérdidas.
Las distintas editoriales abusaron de la creación de portadas especiales para sus comics, con efectos tales como hologramas que, si bien eran atractivas y servían para vender decenas de miles de copias un sólo número, no arraigaban a los lectores.

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La especulación fue uno de los grandes problemas de la década. No lectores, sino coleccionistas, compraban los comics por su supuesto valor potencial, esperando hacer grandes negocios a futuro. Al existir una sobredemanda de los ejemplares, estos se quedaban en los estantes.
En cuanto a los comics en sí, Marvel sectorizó a sus personajes. Creó cuatro grupos de títulos: Avengers, X-Men, Spider-Man y otros héroes, creando una división para manejarlos como si se tratara de mini editoriales independientes; los lectores perdieron la sensación de un universo compartido, fundamental en su continuidad.
Con la Saga de Onslaught se pretendía corregir varios errores. Aquí te dejo una nota donde tomamos dicho tema:
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Varios títulos importantes para Marvel tenían problemas con sus ventas: Fantastic Four, Avengers, Iron Man y Captain America, ente otros. La administración tomó la decisión de subrogar estos comics a dos personas externas a la compañía: Rob Liefeld y Jim Lee.
Los dos creativos habían hecho su reputación en Marvel a inicios de los ‘90s, ambos en los “títulos X”. Liefeld participó como dibujante y coescritor en New Mutants. Ahí cocreó personajes como Domino, Cable y Deadpool. Después, el comic cambió de nombre a X-Force.
Por su parte, Lee había iniciado en Alpha Flight y luego en Punisher War Journal. Fue en este comic que llamó la atención del público y fue promovido a uno de los títulos más exitosos: Uncanny X-Men y después a X-Men, donde cocreó personajes como Gambit y villanos como Maverick y Omega Red.

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En esa época, Marvel dio preferencia a los dibujantes por encima de los escritores, haciendo de ellos verdaderas superestrellas. Con esa confianza, y no contentos con las condiciones de trabajo, varios de ellos se juntaron para crear una nueva compañía.
El grupo estaba conformado por 7 dibujantes (quienes también escribían o coescribían): Rob Liefeld (X-Force), Jim Valentino (Guardians of the Galaxy), Todd McFarlane (Spider-Man), Erik Larsen (Amazing Spider-Man), Marc Silvestri (Wolverine), Whilce Portacio (Uncanny X-Men) y Jim Lee (X-Men).
El colectivo decidió formar su propia editorial para poder retener los derechos y ganancias de sus personajes, dando origen a Image Comics. En Marvel lo tomaron como una traición: por un lado, perdieron de tajo a sus mejores artistas, dejando sus principales comics sin equipos creativos ni dirección fija. Por el otro, se convertían en competencia directa.

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Marvel pudo superar la crisis con el tiempo. Cambiaron administración y se centraron nuevamente en las historias, dando cabida a una nueva generación de artistas y escritores, muchos de los cuales seguirían migrando eventualmente a Image.
Es por ello que la noticia de que Marvel contrataba a Lee y Liefeld para que, por medio de sus estudios hicieran comics para ellos, no fue bien recibida al interior de la compañía. En cuanto a ventas, fue un éxito.

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Los creativos harían sus propios comics de Marvel, situados en una realidad alterna. Para ello, necesitaban dar cierre a los 4 comics arriba mencionados. Y así nació el periodo conocido como Heroes Reborn, del cual hablaremos mañana. antes de despedirnos, te dejo un último enlace donde hablamos acerca de la cancelación de estos títulos: