Varios comics han sido importantes para el desarrollo de la industria y para su evolución. Frank Miller, escritor y dibujante, ha sido responsable de varios de ellos. Entre sus obras, se cuenta una miniserie publicada por DC Comics en 1983, abundante en influencias del Japón medieval y del futuro distópico. Ronin, de Frank Miller, cumple 40 años.
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Miller comenzó su buena racha como ilustrador de Daredevil, para después convertirse también en su escritor. Ayudado en el arte con los terminados de Klaus Janson, el norteamericano introdujo varias características de la cultura japonesa al comic de Estados Unidos. Un estilo de dibujo económico, así como la creación del grupo de ninjas conocidos como The Hand y el sensei de Matt Murdock, Stick, tenían fuertes influencias orientales.
Muchos dicen que Miller fue uno de los principales responsables de la difusión de esa rica cultura en el comic de su país. Hoy en día, es cosa común hablar de otras culturas gracias a la globalización y el avance de la tecnología en cuestiones de comunicación. Sin embargo, antes era como descubrir el cofre de un tesoro.
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El trabajo de Miller en Daredevil tuvo como consecuencia directa la creación de Teenage Mutant Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja) por parte de los jóvenes Peter Laird y Kevin Eastman. Entre los propios profesionales del comic, había expectativa por conocer lo que Miller haría en el siguiente número de Daredevil.
La editora de DC Comics, Jenette Kahn, invitó al joven creador a producir algo para la compañía, aprovechando el estatus de Miller. Kahn ofreció a Miller cualquier proyecto que él quisiera y prometió tratar de cumplir todos sus lineamientos.
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El comic norteamericano alcanzaba una madurez tanto en sus historias como en el trato a sus creadores. Miller pidió hacer una historia con inicio y fin, algo no común en ese tiempo en aquel país. Quería hacerla con un estilo artístico distinto, con colores más parecidos a los de una pintura -al estilo del comic europeo-. Su protagonista sería un samurái sin amo, un “ronin”. Kahn, familiarizada con los filmes de Kurosawa y del Japón, aceptó.
Dos historias confluyen en Ronin. Una de ellas se desarrolla en el Japón feudal, cuando el sensei de un joven guerrero es asesinado. Entonces, convertido en ronin, el aprendiz busca vengarlo.
Por otro lado, en el futuro distante, la ciudad de New York se ha convertido en una especie de prisión en la que abunda la pobreza y esclavitud, controlada por una poderosa corporación, Aquarius. La esperanza de la sociedad reside en una diminuta rebelión, Billy Challas, un joven con poderes mentales y Casey McKenna, una afroamericana renegada, entrenada como soldado y jefa de seguridad de Aquarius.
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La estética de Ronin es similar a la europea, en específico a la de la revista Metal Hurlant (también conocida como Heavy Metal), mientras que el arte de Miller es reminiscente al de Moebius. Miller hace lápices y tintas sin la ayuda de Klaus Janson, su compañero de Daredevil, lo que le da un aspecto distinto; era su arte en la más pura expresión.
Los colores corrieron a cargo de la pareja de Miller en ese entonces, Lynn Varley, conocida también por su estupendo trabajo en Batman: The Dark Night Returns. Te ofrezco una nota donde hablo del 35 aniversario de este fabuloso comic:
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Jenette Kahn pugnó para que Frank Miller fuera el dueño de los derechos, algo muy poco común en ese tiempo. La editora también fue responsable de la calidad de producción solicitada. Cada entrega sería en un formato de prestigio, con mejor papel al usado normalmente en los comics norteamericanos que dejaba mucho qué desear, pues era poroso, de baja calidad y no imprimía bien colores ni detalles.
Con Ronin se comenzó a utilizar el formato de prestigio y fue un antecedente para los comics de autor, popularizados por DC Comics, al grado de crear sellos editoriales específicos para este tipo de relatos como Vertigo.
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Años antes, Marvel había hecho lo propio con su serie Marvel Graphic Novel y su sello Epic Comics, de autor y separado de su universo principal.
La autoría fue tan relevante, que le proyecto fue nombrado, Frank Miler’s Ronin, llevando el nombre de su creador por delante.
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Cada entrega, además, tendría un diseño especial, más serio y literario que el del comic común. Y no tendría anuncios. La distribución sería exclusiva para las tiendas de comics, un mercado naciente en los ochentas, con el fin de fomentar la visita del lector a esos locales.
El primer número de Ronin se publicó el 28 de abril de 1983 y tardó un año en llegar a su número 6 y final, el 10 de mayo de 1984. Tres años después, se hizo la primera recopilación –conocidas como Trade Paperbacks- de los seis capítulos. Desde entonces, Ronin se ha mantenido en publicación y es relativamente fácil de conseguir.
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En 2022, se lanzó la editorial dirigida por Miller y Dan Didio, Frank Miller Presents, en los que se continuarán varias de las creaciones de Miller. Inesperadamente, se anunció Ronin Book Two, una secuela que tardó cuatro décadas y que se encuentra actualmente en producción, con arte e historia de Frank Miller, con terminados de Phillip Tan. La historia es en blanco y negro y constará de 6 partes. Ya se han publicado las primeras tres (de seis partes).
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Ronin, un comic de gran influencia en el medio, cumple 40 años de su estreno.
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Frank Miller ha sido el creativo detrás de sagas como 300 y Sin City, las cuales te presento:
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300:
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Además de Batman: Year One, cuyos varios elementos han sido adaptados al cine:
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Y Daredevil:
