Para 1987, varias personas habían portado la identidad de The Flash, comenzado con Jay Garrick, el primero (de 1940). Le siguió Barry Allen (en 1956, iniciando la Era de Plata del comic) y, tras su muerte, su sobrino Wally West. Con este último, hubo muy buenas temporadas. The Flash, con Mark Waid, Grant Morrison y Mark Millar fue una de las recordadas.
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Hemos hablado antes de Barry Allen y de su heroico sacrifico en el mega evento de 1985, Crisis on Infinite Earths, el cual sirvió para hacer una limpia en la confusa continuidad de DC Comics, tras 50 años de publicación ininterrumpida y con miras de atraer nuevos lectores o a aquellos que hubieran abandonado el barco, precisamente debido a lo difícil de seguirlas.
Te dejo una anotación con información de las Crisis:
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También hemos hablado del relanzamiento del comic de The Flash:
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Wally West tuvo que pelar por la aceptación, tanto en el comic como con el público. Barry Allen era uno de los héroes más importantes del comic y su muerte no era cualquier cosa, representaba un riesgo para DC Comics, pues el sucesor podía no haber sido aceptado por los lectores. A su vez, Wally tenía sus seguidores gracias al comic de New Teen Titans, producido por Marv Wolfman y George Pérez.
Pero, para muchos, Wally West era KID Flash (Flashito, llamado en varios países de habla hispana) y no THE Flash.
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Gente como Mike Baron y William Messner-Loebs dieron curso al nuevo Flash en su propio comic, que se dio a conocer el 5 de marzo de 1987.
Fue con el ingreso de Mark Waid, que Wally inició camino como un nuevo favorito entre los lectores. Artistas como Greg LaRocque y Mike Wieringo atraían a la gente por el aspecto visual. Waid fue coescritor de la publicación junto con Bryan Augustyn durante algún tiempo.
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La era Waid inició con Flash #62 (del 17 de marzo de 1992) y tuvo una larga duración. La estabilidad del escritor ayudó en gran medida a desarrollar un personaje consistente y que despertara empatía con el lector.
Casi 70 números más tarde, en Flash #129, del 23 de julio de 1997, Waid dejó el título, despidiéndose con una gran historia dibujada por Paul Ryan y con portada de Mike Wieringo.
Al mes siguiente, ante la incredulidad de muchos, inició otra buena era para West y su elenco. Los escritores eran Grant Morrison y Mark Millar, con el mismo Ryan en el arte. Las portadas eran realizadas por Steve Lightle.
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Pese a lo promisorio que parecía esta mancuerna, la suya fue una corta estancia, hasta Flash #138, del 22 de abril de 1998. Millar continuó hasta el 141. Y en el siguiente, el regreso esperado –o inesperado- de Waid y Augustyn, presentando la impactante historia “The Wedding of The Flash” (“La boda de Flash”).
La pareja se mantuvo junta, de manera no consecutiva, hasta Flash #162, donde presentaron una carrera entre West y Shazam (similar a la que habían tenido en algunas ocasiones Flash y Superman).
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En Flash #164, del 26 de julio del 2000, una nueva temporada también reconocida, comenzó. Es la del escritor Geoff Johns, quien ha sido una importante pieza en el Universo DC.
Morrison y Millar colaboraron en varios comics juntos, tales como el que hoy es nuestro motivo, además de Swamp Thing, Skrull Kill Krew (de Marvel) y Aztec. Incluso hubo planes en DC para que la pareja, además de Waid y Tom Peyer, fueran los nuevos encargados de los comics de Superman, más esto no se llevó a cabo.
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Morrison introdujo a Millar al comic norteamericano después de que colaboraran en la mítica publicación inglesa 2000AD. Sin embargo, años más tarde pelearon y dejaron de hablarse. Su rivalidad y enemistad eran conocidas mundialmente. En tiempos más recientes, las aguas se han calmado, aunque será extremadamente poco probable verlos en un cuarto juntos.
Aun así, el trabajo que realizaron juntos (9 números de Morrison en Flash y 3 más de Millar) sigue disponible y es muy disfrutable. Se cumplen 25 años de haber ingresado al título, así como de la primera salida de Waid.