El año pasado hablamos en un par de ocasiones de Syd Barrett, creador de Pink Floyd en 1965 y quien, por desgracia, debió dejar la agrupación al poco tiempo de su despegue profesional. Este día, el músico británico cumpliría 75 años, pero la muerte se lo llevó a los 60 años, el 7 de julio de 2006.
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Roger Keith Barrett nació el 6 de enero de 1946 en Cambridge, Inglaterra. Hijo de una familia de nivel medio, Barrett vio su familia fragmentada cuando murió su padre en 1961. Durante sus días de secundaria conoció a Roger Waters y se hicieron amigos.
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Desde muy joven tuvo inclinación musical, incrementada por las grabaciones de The Beatles. Syd creaba bandas desde 1962. Fue en la universidad donde conoció a David Gilmour, a quien le enseñó a tocar la guitarra con slide, un tubo de metal y de vidrio utilizado para arrastrar las notas y muy utilizado en el blues. Syd usaba la tapa de un encendedor.
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Es precisamente del blues donde Barrett toma la idea para la creación de su banda de rock, que tomó un rumbo hacia lo psicodélico, el rock y lo folk. Pink Floyd parte del nombre de dos bluseros norteamericanos: Pink Anderson y Floyd Council. Curioso es que, en ese entonces, era muy difícil conseguir grabaciones de ambos músicos.
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Antes de crear dicho grupo, existieron algunos prototipos, como The Abdabs, The Screaming Abdabs, The Meggadeaths y Sigma Six. Ya con Richard Wright y Nick Mason, Barrett y Waters, bajo el nombre de The Pink Floyd, comenzaron a tener presentaciones. Finalmente, en 1967 lanzaron su primer sencillo, una composición de Syd llamada “Arnold Layne”, que cuenta la historia de un hombre que gusta de vestir ropa de mujer.
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Las presentaciones de Floyd eran muy orientadas a la improvisación, con los tracks extendiéndose a veces por más de 20 minutos, como en el caso de “Interstellar Overdrive”, que fue incluida en su primer álbum de larga duración. Resultó difícil acortar “Arnold Layne” para promoción comercial.
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Después de su tercer single, “Apples and Oranges”, fue que se grabó su primera producción de estudio, The Piper at the Gates of Dawn, y aunque la respuesta fue moderada –pero buena-, les sirvió para seguir ganando adeptos.
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Syd Barrett experimentaba con las drogas, como el LSD, lo que le desencadenó un comportamiento errático, pues su mente estaba dañada, desencadenando lo que muchos creyeron que era esquizofrenia; sin embargo, su familia desmintió el rumor en varias ocasiones. Sea cual fuere el caso, se volvió prácticamente imposible convivir con Syd, pues no se sabía qué esperar de él, ni arriba ni abajo del escenario. El mayor problema es que Syd era el cantante y guitarrista principal del cuarteto.
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Lo impredecible de Syd llegó a los estudios de grabación. Existen varias anécdotas, como la ocasión en que el compositor pedía a sus compañeros que grabaran unas líneas musicales. Cuando los demás empezaban, él las cambiaba. Waters, Wright y Mason intentaban seguirlo de nuevo, pero Syd modificaba la melodía cantando, “Have you got it yet?” (“¿Ya la tienen?”). O cuando en una presentación, se untó la cara con una mezcla de pastillas y crema; al calor de los reflectores, parecía que el rostro se le derretía, generando horror en el público y en sus compañeros.
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Fue por eso que, en 1968, Syd fue reemplazado por su amigo Gilmour. Las últimas participaciones de Barrett con Floyd fue durante la grabación de su segunda placa, A Saucerful of Secrets, de 1968. Esta es la única en la que participan los cinco integrantes tanto en la composición como en la grabación, además de haber hecho un par de sesiones fotográficas, algunas de las cuales son visibles en el álbum.
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Syd se retiró de la música, pero sus compañeros le ayudaron a grabar dos discos: The Madcap Laughs y Barrett. Posteriormente, Barrett se dedicó a la pintura y dejó de lado la fama, pues nunca había sido de su agrado. Los demás integrantes de Floyd le compartieron regalías durante toda su vida, por lo que el compositor no tuvo preocupaciones económicas.
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Pese a su corta carrera, Syd Barrett ejerció influencia sobre algunos contemporáneos como David Bowie y Marc Bolan de T-Rex. Y aunque dejó el planeta hace ya casi 20 años, a Syd Barrett se le recuerda por su amplia aportación musical, así como la creación de uno de los grupos más importantes del rock sobre la faz de la Tierra.
