Nuestro vecindario es particularmente fascinante. Comenzando por la improbabilidad que representa el hecho de que una de sus estrellas emita la energía necesaria para mantener las condiciones necesarias para la vida en un delicado ecosistema y qué, tanto tú como un servidor, estemos compartiendo este momento.
La Vía Láctea, nuestra galaxia, también es un lugar grande. O pequeño, depende con qué lo comparemos. En meses recientes, una noticia ha llamado la atención: una de las estrellas localizadas en la galaxia, Alpha Orionis o -también conocida como- Betelgeuse, una de las más brillantes y más jóvenes, había registrado una dramática disminución en su luminosidad, por lo que se dijo que esta podría estar próxima a convertirse en supernova. Aunque esto fuera cierto, no representaría un riesgo para el sistema solar.
(Constelación de Orión)
La constelación se ubica a unos 700 años luz de nosotros, en la constelación de Orión. Para que existiera riesgo, tendría que estar a unos 50 años luz de distancia.
La disminución de la luz de Betelgeuse llegó a un nivel tan bajo como el del 38% de su destello habitual. Tan sólo una semana después, se ha descubierto que el astro vuelve a brillar. La disminución pudo deberse a polvo o células convectivas atmosféricas. Según cálculos predictivos, la estrella podría dejar de existir en unos 100 mil años por lo que se observó no es un fenómeno que indique la aceleración de su proceso natural.
El hecho, aunque causó revuelo, era esperado por la comunidad científica. Mientras que nuestro Sol es una estrella joven de color amarillo, Betelguese es una estrella gigante de color rojo, que se encuentra al final de su vida. Más esto no será visto por los habitantes actuales del planeta.
El primer registro de disminución lumínica de Betelgeuse data de octubre de 2019 y fue un hecho sin precedentes, debido a la rapidez con que se observó; sin embargo, a 5 meses del suceso, la estrella recobra su menguante brillo. Aun así, se seguirá teniendo en observación para descubrir otros fenómenos interesantes.
(Comparación de tamaños y colores. Antares pertenece a la constelación de Escorpio; Aldebarán a la de Capricornio, mientras que Betelgeuse y Rigel, a la de Orión. El color indica su edad: entre más azules, más jovenes y entre más rojas, más viejas)