Dos interesantes descubrimientos se han anunciado esta semana en cuestión científica, ambos se relacionan con la posibilidad de vida fuera de la Tierra. Esto no quiere decir que se trate de vida inteligente, sino microbiana.
Por un lado, han encontrado restos de gas fosfano en las nubes del planeta Venus. Este gas suele ser residual de la degradación de materia orgánica, por lo que podría ser indicativo de que existen microbios en el segundo planeta de nuestro sistema solar.
Investigadores de Reino Unido se han percatado del material que podría ser producto de procesos químicos llevados a cabo en la atmósfera de Venus. La información sigue en proceso. Se planean dos misiones a dicho planeta, de nombre “da Vinci” y “Veritas”.
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El hallazgo fue realizado por la física británica Jane Greaves y sus colegas en la Universidad de Cardiff en Gales.
El segundo descubrimiento tiene que ver con el siempre célebre telescopio Hubble, que ha dado tantos beneficios a la humanidad. El aparato investiga lo que podría ser el océano más grande en el sistema solar y se encuentra en Ganímedes, una de las lunas del coloso que conocemos como Júpiter, quinto planeta del sistema.
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El mar subterráneo contendría sales y se cree que, de confirmarse la información, sería más grande que cualquiera que exista en la Tierra.
Ganímedes, por su parte, es el satélite más grande de Júpiter y la única luna con un campo magnético propio. El océano bajo la congelada superficie podría tener hasta 100 metros de profundidad, unas 10 veces más de los que existen en nuestro planeta. No se descarta que en estos exista algún tipo de vida.
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A principios de siglo se dieron los primeros indicios de la existencia de un mar oculto bajo la gélida superficie del astro; esto, como parte de la misión Galileo de la NASA. Los avistamientos del Hubble están cerca de corroborar esta información.
Ganímedes tiene un diámetro de 5,300 kilómetros, mientras que la Luna tiene casi 3,500 kilómetros. La Tierra cuenta con un diámetro de 12,700 km.
El satélite más grande de Júpiter tarda unos siete días en orbitarlo.