Después del disco OK Computer de 1997 no se creía que el grupo de rock británico Radiohead pudiera superarse a sí mismo. Con Kid A del 2 de octubre del año 2000, lo demostraron.
Con el material que hoy cumple 20 años también se pudo notar que Radiohead estaba en una constante fase de evolución que no ha parado al día de hoy. Han llegado a ser un tanto complicados en la cuestión musical y también adelantados a sus tiempos. Los procesos mentales de cada uno de sus integrantes los separan del común del músico comercial. Esto también los ha sacado un tanto de la corriente principal, conocida como mainstream, y ha evitado que sus canciones lleguen a ser programadas en radio.
Kid A es una crisálida para el cuarteto, misma que funge también como trampa. El que se acerque a escuchar con detenimiento, quedará inmerso en un disco muy diferente. Pero, a la vez, gratificante al oído.
La placa de rock experimental es un poco reminiscente del progresivo, con su unificación de mensajes, sus sonidos extraños, pasajes ambientales y sus acordes poco predecibles. El cuarteto también integró en mayor medida –con relación al OK Computer– la música electrónica, generando un híbrido por demás interesante.
Pese a la carencia de los sonidos comerciales, cada una de sus canciones posee identidad propia, tanto temática como musical. Canciones como “The National Anthem” (que bien pudo haber sido sencillo promocional) se sumerge en el caos con una sección de cuerdas y metales. Al estilo de “A Day In The Life” de The Beatles, “Anthem” da tiempo de acción al caos en la orquesta, dando a entender que hay belleza en la anarquía. Al final es la otra cara de la misma moneda.
Considerado uno de los mejores discos de Radiohead, Kid A, también tuvo un peculiar proceso para darse a conocer. El grupo deseaba fervientemente alejarse de los procesos comunes de composición, producción y promoción. La placa no tuvo sencillos y tampoco se le dio la difusión habitual. A su vez, se apostó fuertemente por su propagación en internet, que no era común en esos días. No había tantas redes sociales ni mayor contacto entre los usuarios. Tampoco había servicios de streaming, pero sí de descarga.
Kid A fue de las víctimas del servicio Napster, en el que se podían encontrar discos piratas de forma virtual. En ese tiempo, la velocidad de internet sólo permitía descargar unas pocas canciones a la vez y tardaban un tiempo considerable. Los más pacientes y con mejores conexiones, podían obtener un disco completo en cuestión de horas o días.
Kid A es una secuela y consecuencia directa de su predecesor, pues el cuarteto quería regresar a disfrutar de la música y dejar la presión de lado. Si bien la buena recepción de OK les había dado grandes satisfacciones, también se había convertido en un peso adicional. Estar en la cima era un arma de doble filo.
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A su vez, la fertilidad creativa de esta época generó mucho material para el grupo. Una primera selección destiló el tracklist de Kid y el resto dio forma a su siguiente producción, Amnesiac (2001), aún más alejado de toda traza comercial, un camino que tanto Radiohead como Yorke como solista, han seguido. El primer gran referente de dicho cambio fue su cuarto disco de estudio, Kid A, que cumple dos décadas.