Dos años, un mes y nueves días transcurrieron para que llegara la sexta producción discográfica de estudio, interpretada y compuesta por Lana Del Rey. Esta partió de dos tracks que se quedaron atorados y no se incluyeron en Lust For Life, de 2017. Terminaron siendo 14.
https://www.youtube.com/watch?v=fbTvt5FvORU&t=476s
El disco es un retrato un tanto sombrío de la realidad mundial, de la estadounidense y de la particular de Lana. El primer track y que da nombre al disco, es un mensaje de lo que viven en el país del norte con respecto a su presidente y sus políticas. El amor y sus prejuicios, la melancolía y la ironía formar parte de este producto.
(Norman Rockwell: Freedom from want)
Los diversos temas se envuelven en un paquete de añoranza conceptual, visual y auditiva. Según la propia Lana, “es parte de vivir en la actualidad el sueño americano”, tan distorsionado por los acontecimientos actuales y un concepto desprovisto del romanticismo que en realidad nunca tuvo. Su famoso sueño al que tantos aspiraron, era tan utópico como cualquier otra idea concebida en la pureza y manchada por la intervención del hombre. Y no tan distantes de otras, como el comunismo. A veces lo que más rechazamos es lo que más abunda en nosotros.
(Norman Rockwell: The Runaway)
Los diversos tonos en este disco son como una pintura del propio Norman Rockwell, quien en su prolífica carrera plasmó innumerables situaciones cotidianas y es considerado uno de los artistas norteamericanos más importantes. Sus imágenes se convirtieron en íconos y representaciones de una realidad a la que se aspiraba, en la que no cabía realidad ni dolor, una realidad que tan sólo estaba ahí, inherente al deseo.
El panorama californiano de los 60’s y su corriente musical de surf también están presentes tanto en videos como en el arte del disco, mismo que se ha modificado sustancialmente desde entonces y que, además, el año pasado sufrió una de las mayores devastaciones de su historia debido a los incontrolables incendios. El fuego, como el paso tiempo, consume y trasforma. El joven californiano ahora es abuelo, ya no va a las playas y en muchos casos, ni siquiera tienen casa.
(Norman Rockwell: Murder in Mississippi)
En la cuestión musical, Elizabeth Woolridge Grant, de 34 años, se hace acompañar de varios compositores como en sus demás discos, mas el estilo sigue siendo el mismo, la cadencia, el piano, el trip hop ocasional y los arreglos que pudieran pasar como minimalistas al oído son parte de una buena producción dedicada a los fans de Del Rey. Lana es ella, pero mejorada y, claro, más producida.
(Norman Rockwell: Triple Self-portrait)
En general, esta placa no decepciona, es lo que se espera de la cantante quien, cabe decir, ya prepara otra producción prevista para el 2020. Por lo pronto, podemos dedicar unos buenos meses a Norman Fucking Rockwell! O NFR!, su título censurado con su arte pop, de contenido.