Es una de las historias más utilizadas en cine, televisión y literatura. Ha sido narrada con diversos personajes y por distintos directores, escritores y actores durante más de medio siglo. Y todo comenzó con Los siete samuráis, cinta del gran Akira Kurosawa, del 26 de abril de 1954.
En nuestro especial del día en el que celebramos aniversarios –tardíos- pero que aún se encuentran dentro de 2019, hablamos de esta gran historia que ha sido de influencia para incontable cantidad de personas en distintos medios, desde el comic y manga, hasta radionovelas.
Shichinin no Samurai es una película de 3 horas y 27 minutos, coescrita, dirigida y editada por Kurosawa. Cuenta la historia de unos granjeros quienes son explotados por gente que les exigen tributo. Deben entregar sus cosechas y comida periódicamente, obligándolos a vivir en la pobreza y trabajar para ellos. Para contrarrestar el hecho, contratan a siete samuráis para que los defiendan. Sin embargo, la única paga que les pueden ofrecer es algo de arroz.
La cinta se desarrolla en el Japón feudal, en la época conocida como Sengoku; más precisamente, en 1586, hace casi 450 años. El sabio de la villa recomienda contratar seguridad para que los proteja de los bandidos. Acuden –o se topan con- a Shimbada Kambei, un “ronin” (término que se refiere a un Samurai que no tiene amo a quien servir, ya sea por la muerte de este o por caer en desgracia y ser “despedido”).
Pese a su edad, Shimbada es aún hábil, por lo que los villanos le piden que los ayude contra los bandidos. El ronin sabe que no puede defenderlos solo; acude a amigos y extraños para crear un grupo de defensa.
Los siete samuráis proceden a instruir al resto de los pobladores, todo aquel que pueda levantar un arma, lo cual representa un reto en sí mismo. En una carrera contra el tiempo, el grupo debe prepararse para recibir a los bandidos.
La cinta de Kurosawa ha sido reciclada una y otra vez. En Estados Unidos se utilizó la historia, se ambientó en el oeste con el nombre de Magnificent Seven (Los siete magníficos). Fue dirigida por John Sturges en 1960 y contó con un buen cast, integrado por Yul Brynner, Eli Wallach, Steve McQueen, Charles Bronson y Robert Vaughn. Un remake de esta se presentó en 2016 con Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke y Vincent D’Onofrio.
Los siete samuráis también fue inspiración para Bugs (Bichos) de los estudios Pixar en 1998. Tuvo un videojuego en 2005 y una muy buena serie animada japonesa (anime) en 2004. Constó de 26 capítulos y es una mezcla de la historia original con un ambiente futurista tipo steampunk (ficción que emplea tecnología avanzada, de diseño rústico, en épocas pasadas del estilo de las máquinas de vapor en la Revolución Industrial).
Las actuaciones son dignas de nombrar, con los respetados actores Takashi Shimura (como Shimbada) y Toshiro Mifune (como Kikuchiyo, un vago hilarante que se hace pasar por samurái y quien demuestra que la valía de un hombre reside en el corazón).
Los siete samuráis de Kurosawa requiere un poco de esfuerzo para verla. Debemos tomar en cuenta que la narrativa japonesa es distinta a la que estamos acostumbrados. El ritmo también es distinto, más lento y con mucho desarrollo de personajes. La tecnología empleada en la época tenía muchas limitantes, por lo que se recurría a formas creativas para superar los retos. Dura tres hora y media. Las secuencias son más largas y con menos cortes, lo que podría dar una impresión de lentitud. Si nos ponemos en el contexto de ese tiempo y tenemos la disposición de disfrutar, apreciaremos una de las grandes películas en la historia del cine que ya cumple 65 años de existir.
