Se ha otorgado el Premio Nobel de Física a tres investigadores cuyo trabajo de décadas ha servido para entender mejor los fenómenos conocidos como Agujeros Negros.
La Academia Real de las Ciencias de Suecia ha dividido el premio de 2020. La primera mitad es para el físico matemático Roger Penrose, de la Universidad de Oxford en Reino Unido, por “el descubrimiento de que la formación de un agujero negro es una robusta predicción de la teoría general de la relatividad”, esta fue publicada por Albert Einstein en 1915.
La segunda parte del premio es para Reinhard Genzel, del Instituto Max Planck de la Física Extraterrestre de Garching, Alemania y la Universidad de Berkeley, en California, y para Andrea Ghez, de la Universidad de California, por “el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo al centro de nuestra galaxia”.
Penrose, frecuente colaborador de Stephen Hawking y de 89 años de edad, demostró por medio de una serie de métodos matemáticos ingeniosos, que la teoría de la relatividad predice la formación de los agujeros negros. Por su parte, Ghez y Genzel, han descubierto que un objeto extremadamente denso rige las órbitas de algunas estrellas al centro de la Vía Láctea. Ghez tiene 55 años de edad, mientras que Genzel, 68.
Dichos fenómenos son sumamente difíciles de comprender y aún más de visualizar pues, además de las lejanas distancias, no son directamente observables ya que la fuerza ejercida atrapa incluso la luz y sólo se pueden estudiar por sus efectos.