Psycho cumple 60.
Es una de las películas más citadas de la historia. No es para menos. Psycho, dirigida por el maestro inglés del cine, Sir Alfred Hitchock cumple 60 años de haberse dado a conocer. Llegó a los cines el 8 de septiembre de 1960 y cambió la manera de ver el cine. Se dijo que, al proyectarse, provocó ataques de pánico y desmayos.
Casi todo lo que tiene que ver con la realización de este filme fue notable. Los derechos de la novela sobre la cual está basada fueron asegurados desde muy temprano. La obra de Robert Bloch se puso a la venta en librerías desde el 10 de abril de 1959. Su historia está basada parcialmente en los homicidios cometidos en Wisconsin, Estados Unidos, por Edward Gein en 1957.
El poder que ejercía Hitckcock sobre la industria cinematográfica era tal, que el cineasta dio la orden para que los cines no dejaran entrar a gente que llegara cuando la función había comenzado, tal como en el teatro y con la misma finalidad, no distraer a la audiencia de la historia que se desarrollaba frente a sus ojos.
Por otro lado, tomando el contexto histórico, para 1960, el cine a color era el más popular. El público deseaba ser testigo de los eventos como si se estuviera presente en el lugar de ocurrencia. Las cintas de Hitch, es bien sabido, apelan al voyerismo, a ese sentimiento de morbo que genera culpa. Pero a la vez, complicidad.
Psycho se regodea en ese hecho, en la observación de la tragedia ajena y disfrutar, pero desde la ventana de lo monocromático. Probó la validez del cine en blanco y negro como una manera de contar historias que no era obsoleta y que se justificaba cuando era necesario. El director ayudó a perpetuar esta manera de realizar historias y elevarla al nivel de obra de arte.
Otro elemento que puede resultar absurdo hoy en día, pero que eran prohibidos en esos días, era el hecho de mostrar la desnudez, equivalente a la vulnerabilidad absoluta, que se inmortalizó en la famosa escena de la ducha. Se juega con la imaginación, no vemos los hechos completos, más la velocidad de las tomas y los sucesos, hacen que nuestro cerebro interprete, generando toda una secuencia mental que resulta más efectiva que lo que se nos puede mostrar con la cámara.
Para ese entonces, las escenas de sexo, la desnudez y la violencia no se podían combinar, según los parámetros norteamericanos. Hitchcock lo echa por la borda. No sólo eso, sino que se muestra por vez primera un excusado de baño. En 1960 era una cuestión tabú.
Psycho también es la primera en mostrarnos a un asesino que termina triunfante. El cine solía mostrar historias que dejaban algo de ganancia en cuestiones morales: el bien debía triunfar sobre el mal. ¿O no? Los (o las) protagonistas debían salir avante. O al menos llegar hasta el final de la cinta.
La fotografía, la edición y la música son grandes elementos que hacen de Psycho una experiencia única (por muy trillado que esto suene). El primero de ellos corre a cargo de John L. Russell; el segundo, de George Tomasini y el último, de Bernard Herrmann. Podríamos dedicar un artículo a cada uno de ellos.
Psycho es una combinación perfecta de elementos, mezclados por una de las personas con más visión que ha tenido el medio y que continúa siendo uno de los más grandes referentes. En 2020 cumple 60 años de su estreno.