Fue el sábado 21 de julio de 1990 cuando se llevó a cabo uno de los conciertos de rock más importantes y con mayor significado histórico: The Wall, en vivo desde Berlín.
No es una exageración decir que es un evento histórico, pues el concierto se realizó en la plaza Postdamer de Berlín. Dicho lugar era una plaza pública dividida durante décadas por el Muro de Berlín, que separaba a las Alemanias capitalista y comunista. El día del concerto ya no había pared divisoria.
“El Muro”, legendario disco de 1979 de Pink Floyd, habla acerca de las barreras mentales e incluso físicas que ponemos a lo largo de la vida y en dicho contexto era una celebración de libertad. Familias y amigos separados durante 45 años podían volver a reunirse. Los que aún vivían. Los más jóvenes, no conocían otra realidad más que una frontera de piedra que dividía lo que alguna vez fue una gran nación.
The Wall, disco doble de rock conceptual, se dio a conocer antes del inicio de la década de 1980 y tuvo una gira de 30 presentaciones. El espectáculo era muy complicado para montar, requería de una gran cantidad de personal, equipo e infraestructura. El esfuerzo llevó a Pink Floyd a la quiebra y a una mayor exacerbación entre sus integrantes, precipitando la salida de Roger Waters, compositor principal y líder, de manera definitiva.
Años más tarde, Roger Waters había pensado en la posibilidad de presentar The Wall en un concierto especial, como en las pirámides de Giza. Cuando en 1989 se desintegra la URSS y se libera a Alemania, la respuesta era obvia.
El proceso de producción fue un tanto complicado; por ejemplo, en la plaza se tuvo que hacer una nueva búsqueda por minas enterradas, para evitar alguna desgracia durante la presentación.
Por otro lado, Waters no podía recurrir a los demás miembros de Floyd, pues la enemistad era irreconciliable. Fue entonces que otros músicos y actores se unieron a la causa: Thomas Dolby, Scorpions, Paul Carrack, Cyndi Lauper, Sinead O’Connor, The Band, Joni Mitchel, Bryan Adams, Van Morrison, Tim Curry, Marianne Faithful y muchos más. También se integró Michael Kamen, director de orquesta, quien había participado en el The Wall original.
Cada uno de los músicos interpretaría una canción para al final tocar juntos el “encore”: “The Tide Is Turning”, canción que no es de The Wall, sino de un disco de Waters como solista, Radio K.A.O.S. y que habla de la esperanza por un buen futuro, muy acorde al mensaje que se pretendía enviar.
El concierto de The Wall requiere que un muro de material suave se erija a lo largo del escenario durante la primera parte, interponiéndose entre la banda y el público. En el caso del montaje de Berlín, este medía 300 metros de largo y 25 de alto. Al llegar a la mitad (o el primer disco, pues es de doble duración), el último ladrillo sería colocado frente a Waters para aislar a la banda del público y así dar paso al intermedio.
Al regreso, la mayor parte de las canciones se interpretan con los músicos detrás del escenario y sólo por momentos uno de ellos se posa en la parte alta para interpretar algún solo con su instrumento o cantar algún fragmento. Waters haría algunas “actuaciones” durante canciones, interpretando el papel de “Pink”, según el famoso filme de Alan Parker.
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Proyecciones de animaciones sobre la pared, muñecos inflables de más de 20 metros y actores/ cantantes interpretando “The Trial”, son algunos de los elementos que enriquecen la experiencia.
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Se recurrió a una banda militar para un par de canciones, pero tenían poco entrenamiento musical y resultó complicado trabajar con ellos.
En 1990, los actores y cantantes serían disfrazados y, en el caso del “maestro”, Thomas Dolby, suspendido por grúas sobre el escenario para que hiciera sus interpretación. Cerca del final, el muro es colapsado casi sobre la gente, denotando que las barreras pueden ser derribadas. “La marea está cambiando” y el futuro ofrece una nueva oportunidad.
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Con muchos contratiempos se realizó el concierto, como cortes totales de energía durante dos ocasiones esa noche, más el resultado fue una de las mejores experiencias en la historia del rock. Estaciones de radio de todo el mundo se dieron cita para transmitir el evento en vivo, así como 50 canales de televisión internacional.
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La afluencia fue tal, que se decidió dejar de cobrar el boleto de entrada y en su lugar, quitar todas las vallas para evitar heridos durante el evento.
Y un mes después, llegó la edición en disco compacto y cassette a las tiendas de discos, el 21 de agosto de 1990. Es así que se cumplen 30 años de The Wall: Live in Berlin, con Roger Waters, además de casi 31 de la caída del infame constructo que representa uno de los momentos más obscuros en la historia del hombre.
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Te ofrezco otras notas con música de Waters y de Pink Floyd, como el disco original de The Wall, de 1979:
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Amused to Death, de Roger Waters:
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Y Ça Ira, la ópera de Waters: