Hoy cumple aniversario uno de los comics más importantes de la larga historia de Spider-Man; tal vez el más importante después de su primera aparición en Amazing Fantasy #15 de 1962. Me refiero a The Amazing Spider-Man #33, publicado el 11 de noviembre de 1965, hace 55 años.
El numero citado es la parte final de una serie de 3 iniciada en Amazing #31 –de la cual hablamos hace poco- donde debutan Harry Osborn, el profesor universitario Miles Warren y Gwen Stacy, futura novia de Peter. Pero eso no es lo relevante en esta ocasión, sino la primera prueba real de la verdadera fortaleza y convicciones de Peter Parker.
Sin pretender ser demasiado moralista, el comic de superhéroes no se trata sólo de peleas entre seres con súper poderes (que tampoco están de más, claro), sino de lo que estas implican: el bien contra el mal. Aventuras contra pronósticos imposibles siempre resultan atractivas e incluso una motivación. El superhéroe es un ser ético, que actúa con convicción y sin afán de ganancia personal; al contrario, en ocasiones sacrificará su vida personal con tal de salvar a los demás, a los extraños y a los inocentes.
En The Amazing Spider-Man #33, se presenta una situación casi imposible de superar para nuestro arácnido héroe, quien yace sepultado bajo toneladas de escombro tras una pelea con Doctor Octopus, su némesis de entonces. Parker no sólo se encuentra dentro de una estación submarina, sino que su tía May se debate entre la vida y la muerte. Para colmo, el único que puede ayudarla es él.
Lo más fácil es rendirse, las fuerzas no son infinitas y Spider-Man ha llegado al límite, no tiene escapatoria visible. Sin embargo, el héroe hace gala de su fuerza de voluntad y no puede rendirse. Esta es otra característica definitoria del héroe: los poderes no acentúan los defectos del hombre. El héroe los domina, lucha contra ellos, los ve como una oportunidad para ser mejor y no como una situación de ventaja.
La historia creada por Steve Ditko y Stan Lee en 1965 es un claro ejemplo de lo mejor del género. Al héroe no lo hace la ventaja sobre los demás, es alguien que se sobrepone ante las circunstancias y ante las múltiples tentaciones. Ya sea con poderes, como Spider-Man, Superman o Thor, o sin ellos como Batman, Green Arrow o Black Widow, el héroe lucha por lo que es correcto. Y apela a la naturaleza propia del lector. Ahí es donde nace la identificación y la aspiración, el ejemplo que tomaban los niños, sin cinismos ni justificaciones. Siempre podemos ser mejores. Los comics son recordatorios mensuales de ello.
El personaje de Spider-Man es famoso por la frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y hoy recordamos uno de sus mejores ejemplos, Amazing spider-Man #33 a 55 años.