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Música

El tiempo aún no alcanza a Playing the Angel. Depeche Mode.

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El tiempo aún no alcanza a Playing the Angel. Depeche Mode experimentaba con sonidos que se asemejaban a una revolución auditiva.

(El tiempo aún no alcanza a Playing the Angel. Depeche Mode)

Depeche Mode… electroangelical.

No hay nada convencional en el decimoprimer álbum de estudio del grupo electrónico de Basildon, Essex, Inglaterra. Al interior, podemos distinguir perfectamente el estilo musical de Depeche, en especial con el apoyo vocal de Dave Gahan, mas el producto, sin sonar demasiado futurista, sí elevaba su propuesta llevándola a un nuevo paraje.

El rock electrónico de Playing puede llegar a escucharse un tanto dentro del espectro del industrial, aunque menos frenético. Aun así, algunos de sus arreglos son incómodamente disfrutables.

La vanguardia siempre fue parte del trío y en este material no dejan que lo olvidemos, aun en temas un tanto más relajados y comerciales como el sencillo “Suffer Well”, en el que las distorsiones de guitarras, bajos y teclados, se acomodan de manera natural para esconderse a plena vista. O, mejor dicho, a pleno oído.

El arriba mencionado fue el tercer single de promoción de la placa. Los primeros dos, fueron “Precious” y “A Pain That I’m Used To”, mientras que el cuarto y último fue uno doble, “John the Revelator” y “Lillian”.

Interferencias, inducciones y distorsiones son percibidas haciendo un claro contraste con los instrumentos eléctricos, a la vez que hacen su aparición sonidos tan brillantes que martillean nuestro ser (en el buen sentido de la palabra). Esto lo podemos apreciar en tracks como “The Sinner in Me” o “I Want It All”.


Entre reconocimientos y reclamos.

Las letras continúan elegantes y rítmicas aun sin la música y, si bien, permanecen dentro del estilo de contenido oscuro, podemos encontrar signos de optimismo en cada una de ellas. Y también encontramos los reclamos, no podemos olvidar los reclamos.

La fe, el sufrimiento y uno que otro aspecto religioso, salen a la luz tan pronto como leemos los títulos. Por ejemplo, “John the Revelator”, está inspirada en la música góspel, aunque no encontremos ningún vestigio de ella. El nombre hace referencia al Juan de Patmos, autor del libro del Apocalipsis de la Biblia cristiana.

El mismo nombre del disco, Playing the Angel, tiene connotaciones religiosas o esotéricas y se traduce como “Jugando al ángel”. La gira del álbum fue conocida como “Touring the Angel”.

Esta producción fue la primera que incluyó la contribución de Dave Gahan en la composición de algunas letras, mientras que otras como “Precious”, son de Martin Gore y habla directamente acerca de vivir el divorcio de su esposa y el efecto que tuvo sobre sus hijos.

Andy Fletcher conserva su puesto en la ejecución.

El material de 52 minutos y 12 canciones es tan adelantado a su tiempo que parece haber sido lanzado hace unos días. Y es uno de los mejores de 2005. Su estreno fue el 13 de octubre.


Te presento otro famoso álbum de Depeche Mode. Violator, de 1990:

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