De vida atribulada, con talento vocal y carisma inusitado, Farrokh Bulsara se convirtió en uno de los máximos íconos musicales de la cultura pop. Este día cumpliría 75 años; por desgracia, vio el fin de sus días hace ya casi 3 décadas.
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El cantante del cuarteto británico Queen tomó un segundo aire de popularidad hace unos pocos años, tras el lanzamiento del filme Rapsodia Bohemia de 2018. La producción recibió algunas críticas debido a varias cuestiones técnicas y por sus imprecisiones históricas. Esto ocurre con frecuentica cuando se filman películas biográficas, pues muchos elementos deben ser realzados dramáticamente (y otros, tal vez más obscuros, omitidos).
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A diferencia de lo que se ve en la cinta, Queen se mantuvo unido la mayor parte de su carrera y sus integrantes podían hacer proyectos propios. Roger Taylor –no Freddie- fue el primero en incursionar como solista en 1981 con su álbum Fun in Space.
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Queen grabó 15 discos, iniciando con su homónimo en 1973, de características más rockeras, inclinándose más hacia el heavy metal que hacia el rock pop. Con el tiempo, el cuarteto experimentó en distintos géneros sin salir de su propio estilo. Es por ello que pudieron grabar tonadas con toques de música disco, como el track “Another One Bites The Dust”, o el soul-funk de “Cool Cat”.
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Cada integrante de Queen era imprescindible y un generador de material para el grupo; todos y cada uno de ellos compusieron tracks que llegaron a la cima en las listas de éxitos, más el carisma apabullante de Freddie llegaba a opacar a los demás.
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Además de su resaltante personalidad, el pianista nacido en Zanzíbar el 5 de septiembre de 1946, tenía una voz de timbre agradable y elástica de 4 octavas; esto quiere decir, que podía subir o bajar el tono de su voz cuatro veces en la escala tonal musical (que consiste de 7 notas o tonos; la octava es la misma nota inicial, pero más aguda o más grave). Esta aseveración está sujeta a debate, pues hay quien niega que su alcance fuera tal.
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Mercury no se apoyaba sólo en su prodigiosa voz, sino en su inspiración musical a la hora de componer y, como sus compañeros, aprendió a tocar instrumentos como la guitarra y el piano, siendo este último su preferido.
En solitario, Freddie sólo hizo dos discos; el primero de ellos es Mr. Bad Guy -del 29 de abril de 1985-; el segundo, Barcelona -del 10 de octubre de 1988-, junto a la cantante soprano española y amiga cercana, Montserrat Caballé.
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Mr. Bad Guy es una buena producción, al estilo disco y synth-pop, con 11 canciones compuesta enteramente por Mercury. Aunque le permite explayarse en un 100 por cierto, se puede notar la ausencia de sus compañeros, sobre todo para aquellos puristas del sonido Queen.
Un tercer disco, The Freddie Mercury Album, se ensambló de manera póstuma con material extraído de varios proyectos y se lanzó el 16 de noviembre de 1992 en Reino Unido.
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Barcelona es una producción impecable de ópera ligera en el que la voz de Freddie se mantiene a la altura de una cantante tan renombrada como Caballé. El proyecto surge después de que, en 1986, se seleccionara la ciudad de Barcelona para los juegos olímpicos de 1992. Mercury escribiría un tema musical junto con Mike Moran, más terminaron haciendo un álbum completo.
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Para Barcelona, Montserrat Caballé fue invitada por haber nacido en esa ciudad; de este proyecto fue que nació la amistad entre ambos. Desgraciadamente, Freddie no pudo participar en la ceremonia de inauguración, pues falleció el 24 de noviembre de 1991, más de 6 meses antes (los juegos se realizaron del 25 de julio al 9 de agosto).
Como en estos casos, el artista se va, más su obra permanece, se escudriña e inspira. Recordamos a Freddie Mercury en lo que sería su cumpleaños número 75.
