Muse hace álbumes como si fueran películas en las cuales el espectador provee la parte visual. The Resistance, de Muse, es imaginación con un poco de rock.
Inspiraciones.
La quinta producción de estudio de la banda inglesa revela una clara evolución y madurez. No que las anteriores no lo tengan, sino que en esta podemos escuchar al trío en un lugar más cómodo y hacen parecer como si hacer música fuera cualquier cosa. Si tomamos en cuenta ese mismo hecho, de que se trata de tres personas haciendo obras tan complejas, mayor mérito les encontraremos.
Muse piensa sus materiales discográficos como historias y a menudo toma bases literarias, como con este, basado claramente en el libro de George Orwell, 1984. Su trabajo sigue el perfil de la ópera rock, al estilo de Tommy o Quadrophenia, de The Who y, al mismo tiempo, denota una proyección al futuro en los arreglos musicales, apoyados en el electrónico, así como distorsiones en las guitarras y bajo.
La influencia de Queen está presente, algunos arreglos vocales y de piano nos remiten al mítico cuarteto. La yuxtaposición de voces, a menudo del mismo Matt Bellamy, presentan intrincados y satisfactorios momentos.
Y ya que estamos en plan comparativo, The Resistance termina de manera similar al Abbey Road de The Beatles, con una suite separada en tres partes, tituladas “Exogenesis: Symphony”, con los subtítulos, “Overture”, “Cross-Pollination” y “Redemption”.
Fondo y forma.
Otra de las bases de las que se jacta Muse, es la música clásica como en el track, “United States of Eurasia (+Collateral Damage)”, donde ofrecen un extracto del “Nocturno en mi bemol mayor Opus 9, número 2”, de Frédéric Chopin.
“I Belong to You (+Mon Cœur S’ouvre a ta Voix)”, contiene un fragmento de la composición del francés Camille Saint-Saëns, incluida en su ópera de 1877, Sansón y Dalila. Por cierto, un exquisito clarinete se asoma poco tiempo antes de que termine la pieza.
El grupo de rock nos pone la mitad de la película en la que la humanidad se aproxima al fin del mundo, después de levantarse y ver caer a los poderosos sistemas que se han vuelto insostenibles y que debe encontrar un lugar apto para vivir, pues el planeta ha dejado de ser habitable.
Y, siguiendo la línea de la humanidad que ve su propia decadencia, el álbum finaliza con tranquilidad, apagándose con melancólicas notas de piano y cuerdas, metafóricamente, tal como lo dice T.S. Elliot al final de su poema, “Los hombres huecos”: “Así es como el mundo acaba, no con una explosión, sino con un sollozo”.
Esta buena producción tuvo cuatro sencillos: “Uprising”, “Undisclosed Desires”, “Resistance” y “Exogenesis: Symphony”.
The Resistance, de Muse, dado a conocer el 14 de septiembre de 2009, cumple 15 años.
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