¿Qué procede después de haber pasado una estupenda noche en la ópera? Pues un día en las carreras, de acuerdo a Queen.
Considerado uno de los más grandes discos en la historia del rock, A Night at the Opera, editado en 1975, representó una catapulta en la popularidad de Queen, pero a la vez, una enorme presión pues se esperaba que superaran ese éxito con su siguiente entrega. Y mientras que muchos otros músicos evitarían asociar al sucesor con el predecesor, Queen tomó al toro por los cuernos.
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Por si gustas, te dejo un enlace donde hablo del importante álbum, A Night at the Opera, de 1975:
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El cuarteto de rock se había distinguido, entre otras cosas, por ser camaleónico en la creación de su música, pudiendo viajar entre géneros y aún ser reconocible y auténtico. Había quien decía que eran un grupo de rock progresivo, más las evidencias nunca fueron contundentes. Igual sucedió con el heavy metal, aunque podemos escuchar trazas y considerarlos pioneros en el género, Queen nunca entró de lleno a este género. La banda era su propio animal, eso los hacía impredecibles y al mismo tiempo les permitió experimentar.
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El título de Una noche en la ópera, había sido tomado del filme de los hermanos Marx. A su vez, Un día en las carreras era una inspiración tanto del álbum como de otra cinta de los Marx. La portada era prácticamente igual a la anterior, el emblema del grupo, pero en lugar de utilizar un fondo blanco, tiene uno negro en una especie de dualidad (noche = blanco; día = negro). El escudo de Queen formaría parte importante en su carrera y sería utilizado con prominencia en otros álbumes como, por ejemplo, en el Greatest Hits II del 28 de octubre de 1991, o su contraparte en video, Greatest Flix.
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Por cierto, la heráldica del grupo, diseñada por Freddie Mercury, incorpora los signos zodiacales de sus integrantes: Virgo por Mercury (dos hadas), Leo por Roger Taylor y John Deacon (dos leones), así como Cáncer por Brian May (un cangrejo). La cresta incluye un ave fénix cuya flama en la base funciona como una corona adicional simbólica sobre el cangrejo que se encuentra encaramado en la “Q” y cuyo interior contiene otra corona real. Cabe mencionar, que la insignia de Queen es reminiscente al escudo de armas de brazos de Inglaterra.
Lanzado el 10 de diciembre de 1976, A Day at the Races es el álbum de estudio número 5 de Queen y es una producción propia del grupo.
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Está de sobra decir que el material cuenta con tracks muy atractivos –y muy famosos-. La variedad sigue siendo parte del repertorio y se puede apreciar desde el vals hasta el heavy.
Una de las más conocidas es “Somebody to Love”, inspirada en el género góspel. Como en “Bohemian Rhapsody”, las múltiples armonías vocales están grabadas por el propio grupo.
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Mercury no es el único intérprete vocal en el álbum, ya que Brian May canta en “Long Away”, mientras que el baterista Roger Taylor hace lo propio en “Drowse”. Ambas son composiciones respectivas. Como es sabido, los cuatro integrantes escribían canciones.
“The Millionaire Waltz”, “Good Old-Fashioned Lover Boy”, “Tie Your Mother Down” y “Teo Torriatte (Let Us Cling Together)” son otros clásicos de esta producción; sin embargo, cada una de sus composiciones tiene algo que aportar. A Day at the Races es un disco que se disfruta más si se escucha de corrido. En 2021 cumple 45 años.
