Se dice que no es tan importante la idea sino cómo se cuenta y nos podemos dar percatar de ello en el estupendo filme, Ronin, de 1998, con Robert De Niro y Jean Reno.
Ronin es la historia de un grupo de ladrones, especialistas en su ramo y desconocidos entre sí, que son contratados para robar un maletín de contenido secreto. ¿Suena familiar? Puede ser, pues la premisa ha sido usada muchas veces en todo tipo de medios. Sin embargo, la manera en que Ronin narra su versión, es lo que cuenta.
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El estreno de la cinta fue el 25 de septiembre de 1998, en Estados Unidos y cuenta con la dirección del renombrado John Frankenheimer, conocido por producciones como The Manchurian Candidate (la versión original de 1962, basada en la novela de mismo nombre), entre muchas, muchas otras.
La historia de Ronin fue escrita por David Mamet (The Postman Always Rings Twice, de 1981; The Untouchables, 1987), bajo el seudónimo de Richard Weisz.
En cuanto al reparto, Ronin tiene como protagónico a Robert De Niro y le acompañan, Jean Reno, Natascha McElhone, Stellan Skarsgård, Jonathan Pryce, Sean Bean y más.
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Ronin -como se explica al inicio de la película-, es el término que se utiliza para denominar a un samurái que falla en la tarea de defender a su amo y este muere. Al caer en desgracia, el guerrero ya no es un samurái, sino un “ronin” y solo puede trabajar a sueldo.
En este caso, la nomenclatura puede aplicarse a Sam (De Niro), un mercenario demasiado astuto que solía trabajar para el gobierno de Estados Unidos. Sus compañeros de grupo tratarán de descubrir más de su pasado.
El grupo de especialistas es reunido para hacerse del maletín secreto, sin hacer preguntas de más y tienen un mes para realizar el trabajo. Por mala suerte, el tiempo de preparación se reduce a “cero”, cuando la operación debe hacerse de urgencia, pues los rusos han hecho una cuantiosa oferta por el contenido del maletín.
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En esta producción, encontramos varios clichés como la historia en sí. No obstante, esta no es una crítica negativa (no solemos hacerlas en este espacio); todo lo contrario, loable es la manera en que se nos representa en la pantalla
Por un lado, tenemos el perfecto McGuffin, un término utilizado en el cine para describir un objeto que echa a andar una serie de sucesos, pero que al final, es inconsecuente. Casi por definición, es un maletín misterioso como el que usa Tarantino en Pulp Fiction, y del cual nunca conocemos su contenido.
Otro elemento familiar en Ronin, es el equipo de perfectos desconocidos, contratados para realizar un robo y que, obviamente, no pueden confiar entre sí (pese a que se cree que hay honor entre ladrones, es mejor no averiguar).
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Ronin está adornado de fantásticas persecuciones en automóvil (de los cuales, se destruyeron 80). Cabe mencionar que las secuencias en las que intervienen los vehículos son estupendamente planeadas y realizadas y se consideran hasta el día de hoy, algunas de las mejores sincronizadas; gran parte de su fama es que algunas son realizadas en sentido contrario.
Y si tomamos en cuenta que los efectos fueron hechos de manera práctica, sin apoyo de la computadora, apreciaremos más la logística de producción.
Otro elemento recurrido es que los rusos son los villanos de la historia. Si bien ya no son mostrados como los enemigos por excelencia del cine, los europeos del norte aún cargaban con algunas secuelas de la Guerra Fría. Ya fueran boxeadores como Ivan Drago en Rocky o poderosos terroristas en Ronin, los exhabitantes de la U.R.S.S., eran el blanco fácil.
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La película es una de esas que se recuerdan por distintos elementos, como los mencionados, las actuaciones y sus hermosas locaciones europeas. En resumidas cuentas, Ronin es una excelente producción de su tiempo y, en 2023, se cumplen 25 años de su estreno.
Antes de despedirme, te ofrezco un trío de notas con nuestros actores, Robert De Niro:
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Natascha McElhone:
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Y Jean Reno: