En atención a la solicitud de derecho de réplica a la nota “Candidata a dirigir la facultad de la UAQ ejerce violencia de género” recibida por parte de la Dra. Erika Lorena Osorio Franco, se reporoduce de forma íntegra el pronunciamiento que hizo llegar.
A la comunidad académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
En días pasados se hicieron declaraciones que dañan profundamente la trayectoria, el prestigio y la legitimidad de un importante programa de nuestra facultad: la Especialidad en Familias y Prevención de la Violencia (EFPV).
El programa inició en 2012 con reconocimiento en el PNPC, fue pionero en la Universidad. A la fecha cuenta con más de 120 personas egresadas.
El programa busca la igualdad de género en las familias para vivir la vida de otra manera: una vida no violenta, no discriminatoria, no injusta, no autoritaria. La construcción de una vida en común con sujetos libres, una vida entre lo posible y lo deseable, así como una vida visible con lo diferente y lo diverso.
Es un programa que, desde la mirada del género impulsa la prevención de la violencia y el cambio social.
Nos parece una pena que hoy, se denosté no solo al programa sino a las profesoras que hemos participado en él, que no se reconozca nuestro trabajo y tampoco la contribución que hemos hecho a lo largo de más de una década en la formación de la comunidad académica, solo hay que ver cuántas personas egresadas están posicionadas en las unidades de género de cada facultad, cuantas más están en la UAVIG, etc…Desde la Especialidad contribuimos a la redacción del primer protocolo contra la violencia de género en la universidad.
Si de algo estamos orgullosas es de la formación y el acompañamiento que hemos podido brindan durante estos años. Como profesoras del programa, hacemos un llamado para que la especialidad no se utilice con fines políticos, para denostar y difamar a quien ha denunciado corrupción académica.
El feminismo no es un botín político y la violencia de género no es un comodín; asimismo, la Especialidad en Familias y su historia no son estrategias electorales que deban utilizarse para atacar a las partes. Creemos que el feminismo es un movimiento que defiende los derechos de las mujeres y busca la igualdad de género.
Sin embargo, es crucial que estos derechos no se impongan sobre los de otras mujeres. No se deben privilegiar intereses particulares por encima de los intereses colectivos, especialmente cuando no se consideran las dificultades que muchas mujeres enfrentan dentro del ámbito académico, como la lucha por una mayor seguridad laboral y otros derechos fundamentales, que lamentablemente solo pueden ser alcanzados con una plaza de tiempo completo, de las cuales hay pocas en comparación con el porcentaje de mujeres que desean obtenerlas.
Si ese es el juego que se tiene que jugar, es necesario hacerlo más equitativo para las mujeres, beneficiando a aquellas que cumplan ciertos criterios que son el producto de un largo trabajo de formación, investigación y docencia. Ese largo trabajo no es fácil y, en la mayoría de los casos, implica sacrificios. Reconociendo esto, la EFPV ha abierto las puertas a profesoras que desean recorrer ese camino, siempre respetando los criterios que permitan una evaluación justa y transparente de sus méritos y esfuerzos. Criterios que sean aplicados a todas por igual y no a modo, es decir, privilegiado el perfil de una persona sobre el de otras.
La EFPV nunca se prestó a privilegiar un perfil sobre otros, porque reconoce que la justicia y la igualdad de género no es eso. Reconoce que el contexto académico no es fácil, mucho menos para las mujeres. Por eso, nuestra indignación surge al ver que la Especialidad se está utilizando para perpetuar la corrupción académica. El programa no se prestó a eso y no se prestará a eso.
Se les ataca a las colegas por mantener la honestidad y la dignidad, fruto de años de trabajo. Nos pronunciamos y nos mantendremos firmes en los principios y en la defensa de un entorno académico justo y equitativo.
Gracias por su atención.
