El cambio climático y las guerras de Gaza y Ucrania amenazan el comercio mundial al encarecer el transporte marítimo, advirtió este domingo una responsable de la ONU en una visita al Canal de Panamá.
Estas dos guerras causan “disrupción” en el Canal de Suez, en el Mar Rojo y en el Mar Negro, mientras el cambio climático forzó a reducir el tránsito de buques por el Canal de Panamá, destacó Rebeca Grynspan, secretaria general de UNCTAD, la agencia de la ONU para el Comercio y Desarrollo.
“Tenemos por un lado la geopolítica y, por otro lado, el cambio climático, afectando las principales rutas marítimas del mundo”, indicó la jefa de UNCTAD.
Estas “disrupciones […] nos afectan a todos, [pues] generan cuellos de botella muy importantes” y tienen “impacto sobre la inflación internacional y los precios de los bienes más esenciales”, añadió Grynspan, quien destacó que el 80% del comercio mundial emplea transporte marítimo.
El cauce panameño redujo en 2023 el tránsito de buques y el calado de las naves por una escasez de lluvias causada por el fenómeno El Niño y agravada por el cambio climático.
Este Canal, inaugurado por Estados Unidos en 1914 y que mueve el 6% del comercio marítimo mundial, elevó este jueves de 27 a 31 el número de cruces diarios de buques, pero todavía no alcanza los niveles previos a la sequía (39).
Menos lluvias
A diferencia de Suez que emplea agua de mar, el Canal de Panamá opera con agua dulce aportada por las lluvias, que por décadas fueron abundantes.
Pero de los 2.800 milímetros de lluvia que caían antes cada año en promedio en la cuenca del cauce interoceánico panameño se pasó a apenas 1.800 mm en 2023, según la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Las medidas adoptadas para ahorrar agua “han servido para paliar en algo el efecto que ha tenido el cambio climático sobre el Canal de Panamá”, indicó Grynspan en una visita a la Esclusa de Cocolí, que utilizan los buques más grandes que navegan por la vía interoceánica panameña.
“Panamá, que es un país pequeño en el concierto de las Naciones, tiene un significado estratégico que es muy por encima de su tamaño”, agregó.
Por el paso de cada barco por el Canal de Panamá, de 80 km de longitud entre el océano Pacífico y el Atlántico, se vierten unos 200 millones de litros de agua dulce al mar.
Los principales usuarios del Canal de Panamá son Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur y Chile.
Grynspan indicó que la ACP “ha logrado hacerles frente a los retos no solo de operación normal, sino a los impactos que está teniendo el cambio climático”.
Corredores terrestres
México inauguró en diciembre un ferrocarril Interoceánico que pretende ser alternativa al Canal de Panamá. Además, Honduras presentó en febrero un ambicioso proyecto de un tren de carga entre el Pacífico y el Atlántico, aunque carece por ahora del financiamiento para construirlo.
Sin embargo, Jan Hoffmann, jefe de Comercio y Logística de UNCTAD, explicó que el transporte marítimo es más barato que el terrestre.
“La ventaja del Canal de Panamá y del (de) Suez específicamente es ‘all water’, es todo agua, y aunque sea caro el tránsito”, es más barato que el transporte por carretera o ferrocarril, indicó el experto de UNCTAD, agencia con sede en Ginebra.
“La alternativa de los puentes terrestres, [de un] corredor bioceánico, la vemos muy escépticos”, añadió Hoffmann, quien acompaña a Grynspan en su visita a Panamá.
El Canal de Panamá elevará a 32 el cruce diario de buques el 1 de junio.
Además, a partir del 15 de junio el máximo calado permitido para los barcos que cruzan las esclusas más grandes (Cocolí y Agua Clara), inauguradas en 2016, será de 13,71 metros (45 pies), en lugar de los actuales 13,41 metros (44 pies).
La Autoridad del Canal de Panamá estudia incorporar nuevas fuentes de agua para evitar futuras crisis hídricas, pero las obras previstas requieren tiempo y millonarias inversiones.
Las lluvias de la cuenca del Canal también suministran agua potable al 58% de la población panameña.
fj/atm © Agence France-Presse