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Tecnología

UNAM alerta sobre violencia digital y autocuidado en redes

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El acceso ilimitado a internet, el anonimato y la velocidad con la que circula la información hacen cada vez más complejo el cuidado en entornos digitales, advirtió Felipe Zámano, coordinador del Seminario Universitario de Redes Sociales y Cultura Digital de la UNAM.

Durante el seminario Cuidados para la vida y el bien común, realizado en el Centro de Ciencias de la Complejidad, Zámano señaló que la violencia digital afecta con mayor fuerza a las mujeres, quienes suelen abandonar las redes cuando son víctimas de agresión, mientras que los agresores permanecen activos.

Violencia digital sin límites de tiempo

El especialista explicó que prácticas como la suplantación de identidad, la pornovenganza o el sexting tienen efectos graves en la vida de las víctimas: ansiedad, depresión, baja productividad e incluso aislamiento social.

“El bullying antes terminaba en el horario escolar, pero hoy se extiende las 24 horas y afecta también a la familia. La violencia virtual es peor que la presencial entre adolescentes y jóvenes porque es permanente”, indicó Zámano.

También alertó que, con inteligencia artificial, ya no es necesario contar con material íntimo para generar contenido sexual falso a partir de la imagen de una persona.

México, referente con la Ley Olimpia

Zámano destacó que México ha avanzado en la protección a víctimas con la Ley Olimpia, un conjunto de reformas que tipifican la violencia digital como delito y han sido referencia internacional.

“No hay que olvidar que las redes sociales no son tan necesarias; uno sobrevive sin ellas. La posición más radical de autocuidado es no tenerlas”, apuntó el académico.

Daniela Lemus Muñiz, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, explicó que el autocuidado digital implica decisiones, acciones y prácticas para proteger la privacidad.

Entre las medidas recomendó contraseñas seguras y diferenciadas, evitar sincronizaciones entre dispositivos, usar antivirus y revisar de forma constante la seguridad. Además, recordó que las fotos almacenan ubicación geográfica, lo que representa un riesgo en especial para niñas y niños.

“La privacidad es un derecho y un privilegio que hay que cuidar. No hay que compartir lo que se quiera mantener privado”, concluyó Lemus Muñiz.

Con información de la UNAM.

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