Publicidad
A ContracorrienteThink Tank

Analistas, comentaristas y porristas en los medios

Analistas, comentaristas y porristas políticos. Son los personajes que abundan en las mesas de opinión de los espacios de medios de comunicación.

¿Qué diferencia hay entre unos y otros? Aquí una propuesta de taxonomía.

Comencemos con algunas definiciones.

Analizar es una actividad que busca describir y entender un fenómeno, identificar las partes de algo para entender cómo funciona. En el caso que nos ocupa, la realidad política, social y económica de un país.

Hacer comentarios, es una actividad distinta. Puede ser consecuencia de un análisis, pero no siempre. Comentar implica expresar juicios sobre algo. Expresar opiniones.

¿Qué tan certeros pueden ser los comentarios? Mucho o nada. Todo depende si parten de un análisis de la realidad, de escudriñar los objetos de estudio o de preconcepciones.

Los comentarios pueden surgir de prejuicios que no necesariamente se ajustan a las realidades cambiantes.

Un porrista es un partidario. Su objetivo no es desmenuzar la realidad. Busca animar a los propios y bajar la moral de los contrarios. Es como el clarín que enciende el ánimo de la tropa.

En las mesas de opinión han concurrido los tres tipos de personajes. Los medios, en pos del espectáculo, han saturado los espacios de porristas.

Lo más lamentable es que siguen dando espacio a porristas con disfraz de analistas. Esos son los más perniciosos.

Con el halo de académicos, en lugar de aportar elementos para entender la realidad política, llegaron a las mesas a esgrimir argumentos a partir de las frases hechas en la propaganda.

El contraste entre la opinión expresada por este grupo de porristas-académicos y lo que ocurrió en la elección es notorio.

Mesa tras mesa, los presuntos analistas comenzaban sus argumentaciones a partir de premisas que eran más bien las consignas de los porristas.

Los académicos porristas se expresan con absolutos, describían la realidad en términos de blanco y negro, de fracasos o triunfos, de dictadura y democracia.

Y claro que tienen derecho a su subjetividad. Pero la honestidad intelectual obligaría a esta casta de comentócratas a cuestionarse a sí mismos, antes que a acusar a los demás de insensatos.

Para identificar analistas serios, habrá que escuchar con detenimiento y corroborar si se aportan datos a partir de fuentes confiables, verificables.

Los analistas, creo, tienen más dudas que certezas, aproximaciones. Los porristas presentan consignas incuestionables. Mantras que se repiten una y otra vez con la esperanza de convertirlos en verdades.

Publicidad

Deja un comentario

Back to top button