Hoy aún se festeja a los actores, el mundo celebra este noble oficio que requiere del máximo nivel de conciencia que el ser humano pueda lograr.
Un 26 de agosto peculiarmente complejo que nos llena de muchas reflexiones para quienes amamos el reflector y quienes extrañan disfrutar de nuestros actuaciones.
Mientras la nueva normalidad abraza de una forma inusual nuestros espacios, hasta hoy cerrados o con el telón abajo; cada rincón en donde exista la posibilidad de tener una pizca de actuación viva y consciente, deberá además ser coherente con las responsabilidades actuales que implica el desarrollo de nuestro tan valioso y poco valorado oficio.
¿Quién pensaría que radicaría en los actores la responsabilidad de entretener y hacer un poco más llevadera cada cuarentena en el mundo? Cada serie, película o representación teatral digitalizada, han brindado un punto de fuga que siempre ayuda a aliviar el alma, todo estará bien, disfruta, percibe, vibra, contempla, ve, aplaude desde tu sillón.
Hoy, casi al final del día, aún es tiempo para dedicarle un aplauso, una sonrisa o un gesto de gratitud, a la vida que te ofrece quien te regala un momento de su talento desde la lejanía de una pantalla.
Pronto los teatreros nos volveremos a encontrar y jugaremos a ser lo que queramos dando el alma nuevamente en nuestros escenarios y conquistando otros espacios por el mundo, pronto, muy pronto subiremos el telón y encenderemos nuevamente las pantallas del cine.
