A lo largo del camino acontecen situaciones que nos llevan a extraer desde lo más profundo de nosotros mismos, la esencia fundamental que nos compone, nuestra capacidad de trascender, de ir más allá de lo evidente. Esa capacidad que sólo acontece en la condición humana, en aquel que, como protagonista de la humanidad, se pone de frente a la construcción de una realidad que dignifique el conjunto integral de las criaturas.
Hoy nos enfrentamos COVID-19, un evento más entre todos los que hemos tenido que asumir a lo largo de toda la humanidad. Hoy esta pandemia nos obliga a vivir la experiencia que en muchos casos, será la más difícil y confrontadora; el encuentro con nosotros mismos, estar a solas.
Así, como la enfermedad llega al cuerpo que se encuentra desarticulado en alguna de sus partes que lo componen, de esa misma manera, la madre naturaleza nos propone una herramienta que busca enseñarnos algo fundamental, algo que nos permita pasar al siguiente nivel o simplemente convertirnos en parte de la estadística, dando espacio a aquellos que desde un proceso de reinvención personal, asumirán la tarea de reinventar la sociedad y con ello salvar al mundo entero.
De múltiples formas y de diferentes maneras se nos viene comunicando la necesidad de generar un proceso masivo de reinvención profunda, que genere como consecuencia la transformación del mundo normal como nos hemos acostumbrado a verlo, y con ello obtener como efecto la salvación de la especie humana.
Este proceso implicará ver a la muerte alrededor de nuestras vidas, en nuestro vecindario, en nuestras ciudades, en muchos países, inclusive experimentarla en primera persona. Sin embargo, la muerte no nos mata, nos transforma. Nos pone en evidencia con relación al sentido de responsabilidad como hemos venido asumiendo la vida, misma que es tan frágil, que en un instante se nos puede quitar.
Podremos llamarle de múltiples formas, enfermedad, virus, pandemia, crisis mundial, etc., sin embargo, el nombre más exacto en este momento es, encuentro personal.
Las múltiples ocupaciones del día a día, han llevado a la sociedad a vivir esclavizada en una búsqueda absurda por conseguir cosas que al final de los días terminan siento basura que contamina al mundo, habiendo antes contaminado la consciencia y la paz interna de quien de manera acérrima buscó poseerlas.
Es momento de vivir el despertar profundo de la consciencia, y desde allí iniciar la búsqueda espiritual del otro, con quien desde la fusión de un propósito empático y compasivo, podremos conectarnos místicamente con todo lo que habita la realidad, el mundo, la naturaleza, los animales, todas las cosas.
El momento de estar a solas al que tanto le hemos ido huyendo, se nos ha colocado frente a la puerta, y nos obliga ahora a sacar lo mejor que hay en nosotros mismo. Necesitamos aprovechar ese silencio desde la soledad, evitando las redes que nos amarran y nos hacen naufragar, tomando un cuaderno para comenzar a buscar repuestas a las preguntas más profundas que en la vida nos ha dado temor hacernos, o más bien, temor el conocer las respuestas.
Este es, el momento perfecto y predilecto para arrancar de raíz los miedos y los rencores que en dolores somáticos se han ido convirtiendo, dejando en el fluir de la vida misma la decisión de soltar y cruzar el siguiente nivel.
Como un video juego, necesitaremos durante esos días aprender a sobrevivir en cada una de esas dimensiones en las que nos hemos fallado profundamente, siendo nosotros, los únicos generadores de la maldad. Tendremos que avanzar días tras día, experimentando en lo más íntimo aquellas experiencias que por ser dolorosa preferiríamos olvidar, dejando todo a merced de la inercia. Sin embargo, es momento de ir al pasado y enfrentar todos esos vínculos, soltarlos definitivamente y volver al presente para habitar la vida que se nos estaba escapando de las manos.
Hoy, esa misma inercia que permitimos nos condujera por la vida, a razón de no asumir responsabilidades, nos acerca a un solo camino, el único camino que años antes podríamos haber asumido: la reinvención personal.
Muchas personas se me acercan a preguntar qué deben hacer para reinventar sus vidas. La única respuesta que tengo es: descubre lo que realmente hay en ti.
Para ello te propongo dar el primer paso:
Reflexiona:
¿Cuál es tu historia? ¿Cuáles han sido los momentos más plenos y felices de tu vida? ¿Cuáles han sido los instantes más dolores en tú vida? ¿Cuál es tu legado para el mundo? ¿Qué dirán de ti cuando ya no estés?
Posdata: si durante estos días necesitas y quieres vivir este proceso, estaré esperando tus mensajes.
+529934305232
PV=nRT
Le agradezco mucho está interesante reflexión profesor, me ha hecho ver la situación desde otro punto y entender mejor que la humanidad está en crisis desde hace ya bastante tiempo.
Gran reflexión, hay que aprovechar este tiempo para reflexionar quienes somos y que hacemos ??
Saludos!
Realmente vivimos en una sociedad que es muy egoista con el planeta, no nos damos a la tarea de ver en que nos hemos estado equivacando para poder arreglar y tratar de evitar lo que años atrás ya paso.
Es muy cierto, si no sabemos nuestra historia estamos muy propensos a volver a cometer los mismos errores
Muy bueno para reflexionar y no solo verlo desde un punto de vista, a hacer algo diferente a lo que hemos estado haciendo. (Y)
Es cierto, es un buen momento para reivindicarnos, para encontrarnos a nosotros mismos y conocernos, cambiar las cosas malas y seguir por un buen camino, realmente es una oportunidad que deberíamos aprovechar, pues es algo que hemos necesitado y es un buen momento para ello, hay que tomar las cosas positivas de toda esta situación y convertirlas en algo provechoso.
Corrompidos!
Mal para bien… ¿A qué se nos invita?
Tomemos conciencia de nuestro presente y nuestros estados actuales para reedificar; reedificar sobre el amor fraterno, ese que hemos “abandonado” en casa por las conversaciones y muestras de afecto que hemos ido postergando desde hace ya tiempo y que a raíz de esto nuestros corazones se han tullido: Reconciliación, con Él, conmigo…