¿Te has dado cuenta de que existen pensamientos recurrentes en tu vida que generan creencias y eso te determina?
Sucede de manera consciente o inconsciente, da igual cómo sea, finalmente son esas creencias las que están provocando los resultados de tu existencia.
El impacto que las creencias tienen en lo que logramos y lo que no, es espectacular. Justo así, es como vamos tejiendo los hilos que componen la obra maestra de nuestra vida. El tema es que no siempre nos damos cuenta de ello.
La pregunta sería ¿Qué crees que crees? Y cómo eso está dando sentido a lo que eres, a lo que sueñas, deseas o intentas.
Es un hecho. Los pensamientos generan creencias y estas producen nuestras experiencias. Por ello es importante verificar que, aquello que estamos pensado, sintiendo… Creyendo, verdaderamente nos permita potencializarnos.
Definamos pues a las creencias…
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (RAE), una creencia es el firme asentimiento y conformidad con algo. Es una idea que se considera verdadera y a la que se le da el crédito de cierta.
Dicho lo anterior, consideremos pues que aquello que creemos “es”, para bien o para mal.
Hay de creencias a creencias, aquellas que nos hacen dudar, minimizan, quitan seguridad y no nos permiten sentirnos seguros son limitantes. En definitiva, le dan un tinte gris a las cosas, como su nombre lo dice, nos limitan.
Reconocer esos pensamientos que se convierten en ideas recurrentes e influyen en nuestros resultados es fundamental para mirar desde el otro ángulo y entonces encontrar aquellos pensamientos que nos impulsan y nos motivan a seguir, perseverar, mirar en perspectiva y avanzar hasta llegar a la meta. Aquellos que se convierten en los detonadores de nuestros éxitos, los que nos potencializan y nos llevan a crear nuestra mejor versión.
Entonces, las creencias son esas certezas de que algo es.
Nos dan seguridad y probablemente no estemos dispuestos a ponerlas en tela de juicio. Usualmente, buscamos de manera inconsciente la forma de confirmarlas y afectan de manera directa o indirecta a nuestra vida, la manera en que la concebimos, el modo en que tomamos nuestras decisiones.
Pueden ser fuerzas poderosamente creativas o devastadoramente destructivas.
La parte interesante, es que se convierten en fuentes creadoras. Cómo alguna vez diría Virgilio: “Pueden por que creen que pueden”.
Luego, la pregunta que debiéramos poner en la mesa es: “¿Qué estás creyendo? Y por lo tanto ¿Qué estás creando? Probablemente las respuestas sirvan para ver, de manera mucho más certera, las razones por las que estamos teniendo algunos resultados.
A fin de cuentas, todo es cuestión de enfoque…
¡Hasta pronto!