El gasto de Estados Unidos en Defensa es descomunal. Es una enorme economía de guerra. Para 2025 tienen programado erogar 850 mil millones de dólares. Pero podría ser más. En 2024 el gasto militar llegó a los 916 mil millones por las ayudas a Ucrania y otras ampliaciones.
El gasto militar del “Tío Sam” para 2025 equivale a la mitad del PIB de México en 2024; si fuera un país sería la vigésima economía del mundo.
¿A dónde se va ese dinero?
Unos 162 mil millones de dólares se destinan a las actividades, operaciones, entrenamiento, operaciones en el extranjero “y la colaboración con aliados para velar por los intereses compartidos”.
Unos 143 mil millones (el 16%) se destinan a investigación, desarrollo, pruebas y evaluación en temas como inteligencia artificial y telecomunicaciones 5G. Asimismo, destinan otros 17 mil millones de dólares en ciencia y tecnología.
En modernización de armas nucleares destinan unos 49 mil millones y otros 61 mil millones en “Poder Aéreo” en proyectos como los aviones caza F-22, F-35, F-15EX, el bombardero B-21, entre y aeronaves no tripuladas.
Con esos desarrollos buscan obtener “ventajas duraderas” frente a otras potencias militares, como Rusia o China.
Alrededor del gasto militar hay industrias pujantes, que generosamente aportan a las campañas electorales de los dos principales partidos. Aportan tanto a las campañas presidenciales como a las parlamentarias. Sin embargo, no son los mayores donantes.
El sitio web https://www.opensecrets.org reporta que las mayores donantes de la pasada campaña presidencial fueron las empresas de telecomunicaciones, con 142 millones de dólares. Las empresas de defensa en su conjunto donaron casi 6 millones de dólares.
El sociólogo estadounidense Charles Wright Mills, señalaba en la década de 1950 que “La élite de poder” en EEUU era una amasijo de intereses corporativos, militares y políticos.
Tras la guerra de Corea, el gasto militar de EEUU representaba el 11.4% del PIB. Para 2025 esta proporción se redujo al 3%.
Quizás el peso económico y político de la élite militar ha disminuido, pero a escala global no es nada despreciable. El “Tío Sam” representa más del 30% del gasto militar del mundo.