Tengo una lista interminable de experiencias —seguramente así como tú— que han sido mi punto de quiebre, de crecimiento, resiliencia y toma de decisiones, mismas vivencias que me han obligado a salir constantemente de mi zona de confort y me han hecho entender que la constante más segura además de la evolución, es el alineación de mis valores éticos y como ser humano en los círculos en los que me desenvuelvo, entre ellos en el laboral.
Te confieso que tengo tres hijos, uno de tres años y dos no nacidos.
Junio 2014, Querétaro. Estoy en una clínica esperando mis resultados de la prueba de embarazo. Me acaban de entregar mis análisis de sangre que confirman mis seis semanas de embarazo, —estoy nerviosa pero muy feliz, ¡Ya viene el primogénito!—. Emocionada porque por fin se cumplirá mi deseo de ser mamá. Aunque estoy en una etapa complicada laboralmente hablando porque mi jefa directa (quien sabe que estoy embarazada) me satura de trabajo. Entro a las 7:30 am y salgo entre las 19 y 20 horas, si bien me va salgo a las 18 horas; mi semana laboral es de siete días, además, cada tercer día debo hacer giras de supervisión a la Sierra Gorda…
…tan solo pasaron dos semanas más de mi dulce embarazo y no lo logré, perdí a “mi frijolito de ocho semanas”, el último ultrasonido sólo se veían los restos. El día de la consulta médica, por la noche atravesé el momento más doloroso de mi vida desde el plano físico hasta el emocional. Médicos me sugirieron no hacer legrado, preferible que mi cuerpo hiciera su trabajo. El proceso natural me obligó a estar una semana en cama, porque por el dolor físico tan intenso, no podía caminar. A mi regreso a la oficina, me topé con un correo electrónico escrito por mi jefa, mismo que marcó copia a siete jefes de distintas áreas de la empresa, desde comunicación hasta el encargado del almacén, el cuál explícitamente decía:
“Karla, el hecho de que hayas abortado no te impide realizar tus actividades de trabajo y cumplir con tus responsabilidades, tienes una amonestación por haber faltado dos días más de los que se te permitieron para tu recuperación.”
Mantuve silencio, respiré profundo, oré por ella y también por mi salud.
A los ocho meses y tras casi cinco años de antigüedad en la empresa, mi jefa directa decidió despedirme sin justificación alguna, a pesar de que mis resultados de trabajo eran reconocidos por aplicación de modelos en otros estados de la república y los indicadores de mi área estaban por encima de la media. Acepté el despido, sin refutación alguna, estaba cansada mentalmente, humillada, acosada, violentada psicológicamente y en proceso de recuperación de mi pérdida. Elegí soltar.
En cuanto salí de aquel lugar al que por supuesto también le agradezco por las amistades que construí y lo que aprendí, se me abrió un mundo de posibilidades, logré conectar con clientes como KIA Nova Querétaro, Saca la Bici, Cruz Roja Mexicana, Universidad Aeronáutica de Querétaro, PILGRIMS, RADAR News, Harley Davidson, EMA Trade comercializadora aduanal, asesorías en Comunicación Social para políticos y entre esa variedad un grupo feminista instalado en Alemania, con el que tuve la fortuna de leer uno de mis comunicados de prensa en la revista PROCESO, en el Universal de Querétaro, entre otros.
Soy colaboradora en tres medios de comunicación en Querétaro y escritora para la revista Spotlight Montreal, medio canadiense, en el que abordo a través del género de la entrevista, temas sobre la relación bilateral entre México y Canadá.
La independencia laboral, definitivamente no ha sido un camino fácil por la estricta disciplina en mis finanzas, agenda, círculos sociales en los que me desenvuelvo pero los aprendizajes rebasan por mucho. El camino hacía el freelance, me ha dejado mayor sabiduría en una gestión emocional más asertiva; mayor conocimiento de diversos temas desde salud, exportación e importación, nutrición animal, aviación, obra pública, entre otros.
Me encantaría que me compartieras a mi correo tus experiencias. Escríbeme: comunikcion.estrategiaqro@gmail.com