El miedo a la ruptura de paradigmas

En filosofía, un paradigma es un conjunto de razonamientos interrelacionados que sirven como modelo para explicar el mundo

Situémonos en Europa, en específico en Alemania, por alrededor del año 1450, con un señor de profesión orfebre de nombre Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg, más conocido como Johannes Gutenberg, que tuvo una genial idea: la imprenta.

¿Pero que fue la imprenta? En su momento una pequeña máquina revolucionaria en pleno siglo XV, este aparato permitía reproducir textos e imágenes de manera rápida y masiva. Consistía en un sistema de tipos móviles, es decir, piezas individuales con caracteres grabados que podrían ser combinados para formar palabras y oraciones. Esto que implicó. Que el arduo y lento trabajo de los escriba, -que en su mayoría eran monjes que habitan en Abadías,- pudiera ser rápido, preciso e igual. Se podría generar textos similares, sin que mediara la interpretación o condición del escriba.

La imprenta fue un invento que revolucionó la forma en que se transmitían las ideas y el pensamiento, al acelerar el proceso de producción y reducir los costos, lo que facilitó el acceso a la información y fomentó la difusión del conocimiento.

Gracias a la imprenta, los libros se volvieron una mercancía más accesible y asequible para un público más amplio, lo que contribuyó a la secularización del conocimiento. Es decir, se democratizó la información y se divulgaron principios científicos del momento. Rompiendo con ello el monopolio del saber, que, hasta ese momento, estaba exclusivamente en poder de la Iglesia.

La secularización del conocimiento trajo consigo profundas transformaciones antropológicas, sociales, culturales, económicas y políticas. Los libros comenzaron a ser las correas de trasmisión del pensamiento científico y las ideas liberales. Que comenzaron a imbuir el pensamiento de una emergente sociedad ávida de conocimiento. Así se dio paso a los primeros tratados de medicina, física, matemáticas, botánica, filosofía y política, por citar algunos. De igual forma se conoció el arte y literatura de las civilizaciones clásicas. Se rompió el paradigma del oscurantismo medieval y abrió paso lentamente el pensamiento moderno. 

Todo lo sucedido hasta el siglo XX, es historia que ya conocemos. Hasta la primera década de este nuevo milenio en que un invento tan revolucionario como la imprenta de Gutenberg, vino a cambiar nuestro mundo. Y en este caso, ya nos referimos al mundo globalizado. Que incluye a todo el planeta: El internet.

Pero qué es este revolucionario invento, palabras más, palabras menos, es una forma de comunicación rápida, económica y al alcance de casi la mayor parte de la población. Así como en el siglo XV, podíamos a través de los textos impresos conocer en pocos meses o años lo que pensaba algún destacado filósofo o físico. Ahora con el internet sabemos en segundo lo que sucede al otro lado del mundo.

Si bien en su inicio, nunca se pensó en el impacto que pudiera tener esta forma acelerada de comunicación, y la profunda transformación que tendría la sociedades planetarias. Ahora es demasiado tarde para detenerla. Al igual que en el siglo XV, que le fue arrebatada a la Iglesia el monopolio de la información y el conocimiento, por lo tanto, la interpretación de la realidad. 

Ahora con la internet estamos ante una realidad similar, donde los medios de comunicación tradicionales, periódicos, radio y televisión; que contaban con interpretadores oficiales de la realidad. Con una narrativa hegemónica y monopólica, cayeron en obsolescencia, tanto tecnológica como moral. Nuevamente se rompió el paradigma. 

A escasos 20 años de que la internet iniciara como un medio de comunicación, su alcance a través de sus diferentes formatos, o también llamados redes sociales, han generado cambios profundos en la población mundial, en las formas de consumo, de relaciones sociales, de percepción de la realidad y de la política. En sí, la internet es un instrumento que ha democratizado a la sociedad, al poner al alcance de casi la mayoría de la población información a la que antes, nunca hubiera tenido acceso. A punto tal, que nos ha permitido desechar regímenes y ganar presidencias.

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